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—Yo te odio. Te odio. —repetia con rabia, con furia.

No dejaba de golpear el saco de boxeo una y otra vez. El rostro de esa persona se reflejaba allí y golpeaba con todas sus fuerzas para liberar un poco de esa rabia que tenía.

Todo era su culpa.

Cada día lo maldecía, cada día su odio crecía más y más. Sentía una frustración por no poder liberarse de lo que estaba creciendo en su pecho porque no podía sacarlo.

Esa persona no estaba a su alcance y por eso todo empeoraba.

Creyó que era feliz. Estaba feliz, pero él daño todo lo que Roseanne había creado para ser feliz.

No había nada que le quitará su felicidad, se iba a casar con Lalisa y la tenía a ella, aún cuando iba a irse a Seul, podía regresar para verla cuando la necesitara.

Era algo perfecto.

—Rosie... —ignoró el llamado que le hicieron y siguió golpeando. Él había hecho que ella se fuese demasiado lejos para el alcance de Roseanne y eso sólo provocaba más rabia y odio hacia él— Chaeyoung

—¡No me toques!

Quitó bruscamente la mano que intentó abrazarla y continuó con los golpes. Roseanne le hacia mucha falta tenerla cerca.

—¡Detente! ¿Me estas escuchando? —reclamó la chica que se interpuso entre el saco de boxeo y Rosé. Relantizó su respiración como pudo y unas ganas de llorar la abordaron cuando Lisa se le acercó.— Rosie

—Como lo odio, Lisa.

Se abrazó al torso de la una tailandesa confusa, quien la reconfortaba aún sin saber porque tenía esa actitud, solo le daba el apoyo que Roseanne necesitaba.

No cuestionaba, no reclamaba. Solo dejaba que se desahogara hasta cierto punto que su bebé no saliera lastimado, aún cuando solo tenía dos meses.

—Lo sé, ardilla, pero recuerda que nuestro bebé puede sentir eso que tú sientes y puede causarle daño.

—Lisa... te quiero. —murmuró contra el pecho de la mencionada, cerrando más el abrazo para no sentirse tan vacía.

Roseanne no estaba bien desde que supo donde estaba ella. Y esa era la razón del porque lo odiaba tanto.

....

Suspiró, estujamdo un poco sus ojos cuando no había notado que se quedó dormida en el sofá de tanto esperar que saliera jennie o Jisoo de la habitación.

Cada día sus recuerdos cambiaban de tiempo. ¿Eran recuerdos o no? Ya era momento que debía decirle a la doctora acerca de esos sueños o recuerdos que tenía para saber la definición de ellos.

Tocó su vientre plano, queriendo recordar más de eso que había tenido hace minutos. ¿Estaba o estuvo embarazada? La doctora no le había comentado nada al respecto y si estuvo embarazada ¿Donde estaba el o la bebé?

Necesitaba ver a la doctora para saber acerca de eso, además de mencionarle a ese tipo que recordó y el nombre.

—Lisa... —algo en ella se removió, una sensación quizás de culpabilidad como la primera vez.

Otra interrogante se acumulaba en su lista. ¿Quién era Lisa? Bueno, si es que existía alguien así. En ese recuerdo no parecía que Roseanne sintiera algo más que cariño hacia esa chica sin rostro.

—Roseanne —miró rápidamente hacia Jennie quien tocó su hombro con cuidado. La rubia se sintió confundida cuando la miró de pies a cabeza. Tenía un lindo vestido negro holgado de escote con unos tacones que la hacían ver más alta.

—¿Vas de salida?

—Si, regresaremos en una hora. Llama —la rubia dejó de escucharla cuando Jisoo pasó detrás de Jennie, con una apariencia que dejó sedienta a Roseanne. La tela se apegaba a su cuerpo como segunda piel, su cabello lacio, su maquillaje que la hacia ver muy mala, y las botas de tacón que la hacian de igual tamaño que la rubia—, Tienes mi número, Roseanne.

Prestó atención a Jennie otra vez, notando que Jisoo siquiera la miró cuando le hizo una leve reverencia. ¿Adónde iban tan arregladas y provocativas?

Roseanne sintió algo extraño en su pecho cuando pensó que iban a tener una cita. Había recordado que Jisoo le había dicho que estaba soltera.

Entonces, ¿Por qué Jennie decía que la novia? Debido a la actitud de Jisoo, Rose podía decir que no era el tipo de chica que ocultaba su relación frente a los demás.
 
—Mi novia y yo, nos vamos.

Roseanne vio a Jisoo en la puerta esperando por Jennie, y segundos después, el timbre sonó. Jennie mostró una sonrisa antes de girarse para irse con Jisoo, dejando a Roseanne aún más confundida de lo que estaba.

Y debía matar su curiosidad como fuese posible. Deseando que la cita no solo fuese a solas con Jisoo mientras Jennie los dejaba solos.

Se quedó detrás de ambas coreanas a la espera de quien sería su cita, y cuando vió esa persona, Roseanne sintió ese odio inexplicable en su cuerpo y los impulsos no los pudo contener.

Hizo a un lado a Jisoo quién era la que iba a salir primero y lo golpeó en el rostro.

—¡Roseanne! —gritó sorprendida Jisoo, pero la rubia no prestaba atención a nada más que la persona debajo de ella tratando de detener sus golpes.

Esa imagen llegó a su cabeza, esos sentimientos negativos que él le causaba. No lo sabía, pero daba rienda suelta a ese odio.

—¡Para ya! ¡Rosé!

—¡Te odio! ¡Imbécil! ¡Hijo de puta! —increpó, satisfaciendo su vista cuando había logrado romper su pómulo y labios.

Lo odiaba.

Lo odiaba con todas sus fuerzas

'Lo odio', pensaba sobre él, haciendo lo posible por zafarse del agarre que él le imponía hasta que sintió como la halaron hasta alejarla.

—¿Qué carajos...? —pudo escuchar Roseanne cuando murmuró.

Habian logrado quitarla fácilmente porque su cabeza arrojó una pregunta que ella no supo responder.

¿Por qué lo odiaba a él?

Su respiración se había acelerado por la adrenalina recorriendo sus venas, siendo llevada adentro por Jennie.

—¿Que te pasa? ¿Estás loca...? Hey... —jennie se había acuclillado frente a ella cuando se sentó en la cama. Roseanne subió su mano cuando sintió algo recorrer su mejilla y no se detenía.

Vio sus dedos cuando quitó lo extraño y se asombro ver lagrimas, lagrimas que no se detenían. También se sentía su pecho doler cuando lo vió.

—¿Por qué estoy llorando? —masculló cuando el nudo en su garganta seguía creciendo y sus sollozos eran incontenibles.— ¿Por qué...?

¿Por qué odiaba a ese chico? ¿Por qué su pecho dolía cuando él estaba cerca de Jisoo? ¿Por qué... Por qué no dejaba de llorar?

—Nini... —balbuceó cuando Jennie la abrazó para calmar el extraño comportamiento que había mostrado— Ayúdame

Su mente quería recordar, pero había algo que se lo impedía y era su cuerpo quien recordaba las sensaciones que hacían existido antes de perder su memoria.

Roseanne no quería sólo los sentimientos, ella quería recordar todo.

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A Tu Disposición | Chaesoo (EDITANDO)Where stories live. Discover now