Cuarto recuerdo

52 5 0
                                    

Dalgom era realmente hermoso. Iba conmigo a todas partes, era juguetón y bastante cariñoso. Disfrutaba cada segundo con su compañía y me abrazaba a él cuando no me sentía bien.

"Me lo regaló Haein", dije cuando mis padres preguntaron y se tragaron todas las maldiciones, ya que no le gustaban los animales dentro de la casa, sin embargo, como había sido mi prometido forzaron sonrisas.

Haein ya lo sabia, así que cuando le preguntaron de donde lo había sacado él solo dijo que lo adoptó para mí para que lo recordara cuando yo estuviese sola.

Algo realmente conmovedor para ellos, así que no hicieron más preguntas.

-¿Dalgom? -asentí levemente con la mirada en el cachorro. Desde que tuvimos sexo en aquel sitio de vestidores, no habia tenido mucho contacto con su mirada marrón- Me gusta. ¿Jisoo?

Tararee para que supiera que estaba escuchándola mientras mis caricias no paraban sobre el hermoso cachorro, pero me hizo girar el rostro con una de sus manos.

-¿Por qué no me miras a los ojos?

Tragué saliva con dificultad cuando su voz era demasiado hipnotizante para mí. Su ceja estaba levantada, esperando una respuesta y mis ojos viajaron a su boca inconscientemente, recordando que los había probado hace algunos días.

Y no podia mirarle a los ojos por más de tres segundos, así que mis ojos se quedaron en el jardín del parque donde estabamos.

-No lo hago, en realidad, casi nunca lo hago.

-Si, pero nunca lo has hecho por tan poco tiempo. -giró mi rostro para tener contacto con mis ojos, así que opté por cerrarlos- Jisoo, no seas infantil. Mírame.

-Dejame.

Lo menos que hizo fue eso, ya que su boca hizo un leve roce con la mía enviando un estremecimiento y haciendo que mis párpados se levantarán para mirarle con miedo.

No sabía definir como me sentía cuando esa mirada marrón brillaba de perversión, o de como mi cuerpo reaccionaba a sus caricias demasiado bien.

-¿Sabes? He querido... hacerte muchas cosas -volvi a tragar saliva cuando sus labios provocaron estremecimientos en mi cuerpo.- ¿Quieres saberlo?

Negar era la mejor opción cuando la mano que tenía en mi muslo subió hacia mi entrepierna que estaba cubierta por los joggers que ella me había regalado hace poco.

Sabía que lo que iba a decir no era nada decente.

Niños estaban detrás de nosotras jugando con la arena y sus juguetes. Y delante de nosotras, además del jardín bien cuidado estaba un lago donde habían ganzos y cisnes paseándose por sus aguas.

La miré con temor cuando su mano quería meterse hacia mis bragas. Roseanne no se veía preocupada de que alguien nos viera por como mostraba una sonrisa perversa.

-Dalgom, ve a jugar.

Y el cachorro la obedeció. Se bajó de mi regazo y fue a explorar el mundo.

-Roseanne... ¿Como puedes...? -apreté mi mandíbula en el momento que sus dedos se deslizaban lentamente hacia mis labios mientras suplicaba con la mirada que se detuviera.

¿Como podía tocarme en un área pública y con niños?

Pude poner mis manos sobre su brazo para que se detuviera, pero la pelirosa solo alzó la ceja para detenerme y dejar mis manos ahí sin hacer nada.

-Solo disfruta, Jichu. -susurro contra mi oído, causando que cerrara mis ojos cuando las electrizantes sensaciones azotaban mi cuerpo tembloroso ante su penetración.

¿Me importó que los niños estviesen detrás de mi? De alguna manera, si, porque pude soltar leves gemidos que apenas se escuchaban.

Sus dedos tocaban un punto que me hacía temblar, e incluso me incitaba a gemir más alto para más placer. Tocaban lugares que me hacían blanquear los ojos y enterrar las uñas en el brazo que estaba moviéndose.

-Rosiie... para...

-Sueltalo, pervertida... correte para mí. -mordió mi mejilla levemente, acelerando los movimientos de sus dedos en un parpadeo cuando sintió que los estaba apretando cada vez que entraban. Porque... se sentía bien.

Era una situación tanto vergonzosa como peligrosa para mí, sin embargo, era muy placentero si lo causaba Roseanne.

-Chaeyoung... -apreté fuertemente la mandíbula para tragarme el gemido cuando el orgasmo me azotó todo mi cuerpo. Los espasmos tardaron unos segundos y la respiración la volví a sentir muy acelerada cuando noté que... me había follado en un parque.

-Buena chica, Jisoo. Vámonos. -ordenó poniéndose de pie y llamando al cachorro para tenerlo en brazos.

La vi como se fue muy alegre con Dalgom, olvidando que me había hecho tener un orgasmo hacian solo segundos. Mis piernas estaban temblando y no creía poder caminar sin evitar estar llena de vergüenza.

En mi cabeza solo arrojaban pensamientos de que quizás alguien nos había visto o escuchado.

-¡Jichuu, rápido!

Roseanne Park... era desconsiderada algunas veces.

Fue muy incómodo caminar con humedad entre mis piernas.

Fue raro que ella iniciará una conversación como si nada obsceno hubiese pasado cuando estábamos en aquel parque.

-Me están esperando. ¿Me acompañas?

Incómodo, si. Sabía muy bien quien la esperaba, pero de igual manera asentí, claro, no esperé que me besara antes de que entrara en el campo de visión de quien era su novia. Quien la estaba esperando al cruzar la esquina por la calle donde caminábamos.

Me entregó el cachorro, me abrazó levemente y se despidió cuando se alejaba.

-¡Fue un gustó verte, Kim!

Saludé con pocas ganas, y quise ser hipócrita y responder de igual manera, pero no soy ese tipo de persona.

-¡Hasta luego, Jichu! -me guiñó el ojo antes de partir con ella, pero siquiera vio el sonrojo que mis mejillas tenían.

Bajé a Dalgom para que caminara un poco mientras llegábamos a nuestro sitio de encuentro con Haein, y las escenas de sexo con Roseanne se repetían, provocando que mi corazón se acelerara como loco.

Y en ese momento no comprendía porque hacía eso conmigo si tenía a su novia para hacerlo. Tampoco tenía en cuenta que estaba engañando a su novia conmigo.

Simplemente me dió igual, solo sabía acceder a los caprichos de Roseanne Park.

|||||||||||

A Tu Disposición | Chaesoo (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora