Tercer recuerdo

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—Mira, helado de chocolate para ti y... —me dejó en suspenso unos segundos, y cuando volvió a girar traía un cachorro con ella.— Para que no estés sola en casa y puedas entretenerte.

Sonreí levemente, teniendo el cachorro entre mis manos. Era una verdadera ternura y estaba segura que me levantaría los ánimos en cada cuidado que le diera.

—Gracias, Rosie.

—¡Bien! ¡Logré mi meta!

'Sus metas', pensé.

Siempre pensaba en el porqué se las había propuesto o incluso en un momento quise preguntarselo, pero era lo único que llegaba a entretenerme y no quería que dejara de hacerlo.

Su relación con aquella chica iba mejorando, y su trabajo ya le estaba aburriendo. Su única motivación era el gerente.

—Espera, espera... —la miré confusa cuando me detuvo y puso una de sus manos en mi mentón.

—¿Que?

—Tienes... —hizo que medio volteara mi rostro y su lengua pasó por la comisura de mis labios al instante. Mis mejillas se encendieron rápidamente y la alejé. No fue abruptamente, solo aplique la fuerza necesaria para que estuviese lejos de mi rostro— Sabe rico.

Las palpitaciones de mi corazón subieron bastante altos cuando no se detuvo de mirar mi boca. Así que tuve que cubrirla mientras continuaba caminando. Casi tiraba al cachorro al suelo por no recordar que estaba entre mis brazos.

¿Por qué demonios había hecho eso?

—Lo siento, siempre quise hacer eso.

—No importa.

Lo hice a un lado como si en verdad no me importara, pero inconscientemente mi lengua pasó por el mismo lugar que la suya lo había hecho hace segundos, queriendo atrapar un poco de su sabor.

—AH, mierda.

—No, ¿En serio?

—¡Si, vamos!

Rodeé los ojos, pero la seguí hacia la tienda de ropa. Salir a la ciudad es no estar caminando tranquila con Roseanne.

Cuando llegamos a la tienda, el cachorro tuvo que quedarse con el guardia de afuera. —Con advertencias de Rosé que debía cuidarlo con su vida— y siguió jalándome de mi brazo aún cuando yo estaba detrás de ella.

En una parte estaba lencería y la otra prendas para vestir de cualquier tipo. Y ella se fue para la lencería.

Me sentí incómoda, ya que probablemente era para usar con su novia.

No me inmutaba de expresar mi disgusto por cosas que mis padres me obligaban hacer, pero si podía reír con más facilidad.

Por ese motivo, pensar que era especialmente para usarla con ella... no distorsionaba mi rostro.

—Este me gusta, o éste. Wow, Mira éste —se reía por lo revelador y sexy que era.

Siguió viendo algunos modelos más hasta que tomó tres que hacían mi imaginación volar de cómo esa chica se volvería loca de verla usando eso.

Preguntó si podía porbarselos, y dijeron que solo si los iba a comprar, a lo que ella asintió enérgicamente. Yo iba esperarla mientras me entretenia en otras cosas, pero me arrastró con ella hacia los vestidores. Incluso me hizo entrar con ella.

—Jamas había usado uno de estos.

'Nadie te está obligando', quise refutarle, pero solo evite mirar cómo se desnudaba frente a mi. Jamás había soportado verla desnuda, aún cuando ella si jugaba con mi cuerpo algunas veces.

A Tu Disposición | Chaesoo (EDITANDO)Where stories live. Discover now