09: Stellas

80 9 0
                                    

Las presentaciones habían terminado, dejando que un extenso silencio inundara toda la cancha mientras de votos se llevaba a cabo. El nivel de las fraternidades estuvo muy parejo, por lo que no fue de extrañar que el público se limitara a mantenerse casi inmóvil a causa de la expectación.

Cuando los resultados fueron revelados, los Aurums se quedaron con el primer lugar, seguidos de los Exploziv y las Stellas, cada puesto con diferencia de un voto. De esta forma, las fraternidades recibieron 30, 20 y 10 puntos respectivamente.

Después, Jinyoung hizo el cierre de la noche y el día finalizó para todos los presentes.

Salvo Keith.

Mientras los de la multitud se dirigían a sus habitaciones comentando acerca de la competencia, ella se mantuvo estática buscando a alguien. Jae Min ni siquiera alcanzó a preguntarle qué sucedía antes de que saliese veloz al encuentro con Lisa. Keith se apresuró y tocó su hombro.

—Oh, hola tú —sonrió al voltearse, descansando las manos en su cadera.

La chica no tardó en felicitarla por el gran desplante escénico que habían tenido durante la presentación, haciendo caso omiso a la mirada de Hirai Momo por sobre el hombro de Lisa. Podía sentir como la escaneaba de pies a cabeza, analizándola en detalle.

—Quería saber... —comenzó— si aún aceptarían a una más en su fraternidad.

Lisa sonrió satisfecha al ver que solo les tomó un número para convencer a Keith de cambiar su decisión inicial, y se volteó hacia Momo. La líder se acercó de inmediato, repasando la apariencia de Keith con descaro una vez más.

—Se ve como una Stella —sentenció de brazos cruzados, con una sonrisa desafiante, casi divertida—, pero ¿qué hay del espíritu? Los et Beat ya comenzaron, podríamos presentarnos mañana mismo de nuevo.

—Lo sé, podré con ello —respondió Keith por instinto, mostrándose decidida.

—Ningún número es simple ni sencillo, no nos subestimes. Somos Stellas —recalcó Mina, que había estado apreciando la situación desde atrás.

—Estaré lista —insistió Pringstone.

Momo asintió lentamente:

—Estarás a prueba. Si no logras adaptarte para mañana, quedas fuera. Nos vemos —la líder de su nueva fraternidad le regaló una última sonrisa y se retiró, seguida de Mina y Sana. Lisa le regaló una mirada amistosa antes de seguir al grupo, alcanzando de inmediato a Jennie que esperaba por ella.

Una vez que estuvieron lo suficientemente lejos, Keith suspiró pesado, sin saber en qué acababa de meterse. Lo único que tenía claro era que Park Jimin no tendría otra opción; si no quería hacerle frente, ahora estaría obligado a verle.

—¿Eres una Stella ahora? —la voz de Jae Min llegó desde atrás.

—No es oficial aún... pero espero que sí.

Cuando se volteó a su amiga, notó que esta la apreciaba con ojos atentos, sin mucha expresión. Por poco la desconocía.

—Quería preguntarte qué te había parecido, para saber si vendrías conmigo a ver la próxima noche... pero ahora ya no tienes opción —se encogió de hombros.

Keith guardó silencio y rascó su nuca, dudando repentinamente de si había hecho lo correcto con su decisión impulsiva. ¿Podría ser decepción lo que se escuchaba en la voz de Jae?

—Bueno —la chica sonrió luego de unos segundos—, ya sabes dónde estaré sentada. ¡Más te vale echar una mirada en mi dirección! Si no, en serio me lo tomaré personal, eh —dijo con una risita, revolviendo el cabello de Keith antes de dar media vuelta—. Nos vemos, K.

Una corriente de alivio recorrió su cuerpo al ver a Jae Min alejarse con naturalidad. Tal vez, después de todo, existía la esperanza de formar una amistad verdadera allí.

[. . .]

Al día siguiente se despertó temprano para ir a la casa Stellar tan pronto como pudo. Debía ir a ensayar y dar todo de sí para poder aprender cada uno de los movimientos correctamente. De lo contrario, su plan se iría en picada antes de siquiera despegar.

Llevando solo su celular y su mejor imagen casual, fue a paso rápido. La casa fraternal estaba cerca de la entrada principal del campus, lo que quería decir que el camino más corto era cruzando la cancha principal, justo frente a la casa Aurum.

Al pasar por ahí, sus ojos se desviaron y contemplaron con algo de incredulidad a Kim Taehyung, que devoraba sin vergüenza los labios de una chica castaña. Sus cuerpos estaban pegados y las caricias no se quedaban atrás.

Keith negó con la cabeza y se encogió de hombros, divertida. Ambos habían seguido adelante sin ningún impedimento. Ahora todo dependía de qué tan lejos la podría llevar su propia determinación.

LONE WOLF «Park Jimin»Where stories live. Discover now