| 20. Solum |

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Choi Youngjae abrió los ojos, asustado, sudando frío. Pronto descubrió que estaba en su habitación; solo había sido un sueño. Un terrible mal sueño.

Habían pasado meses desde aquel día en que su fraternidad, su "hermandad", le había traicionado y el amor lo había destruido. El día en que dejó de ser un Aurum para volverse un Solum.

Negó con la cabeza y suspiró. Hacía mucho tiempo que no revivía su atormento en sus sueños; ya no presenciaba los et Beat, evitaba cualquiera de esos eventos, y ni siquiera había vuelto a ver a su antigua fraternidad después de lo ocurrido. Lo último que había sabido era que Hoseok había integrado a dos chicos nuevos luego de su salida. Rápidamente la popularidad e los Aurums incrementó con ellos.

Youngjae se levantó de la cama y buscó su abrigo. Eran las 05:30 y el campus estaba cubierto por una disipada neblina, aunque no le fue un impedimento para ir a la cafetería. Amaba la soledad de la madrugada.

Se acercó al delgado chico tras el mesón y pidió un café cargado. Cuando lo obtuvo, dio media vuelta y fue por un asiento. Aquel silencio le daba calma. No había descubierto lo mucho que le gustaba hasta que estuvo por su cuenta. Un Solum.

La verdad era que había aprendido mucho más de sí mismo desde entonces. Estar las 24 horas del día en sus propios pensamientos había hecho que supiese quién era en realidad. O eso le gustaba creer.

Pero ahora, gracias a su pesadilla, su pasado era todo en lo que podía pensar.

Le dirigió una mirada a la agenda que llevaba consigo; después del incidente de su cuaderno de partituras, no había vuelto a dejar su dormitorio sin su lugar de creaciones. La última hoja utilizada llevaba el título de "I NEED U", que había sido la única forma en la que logró sacar el sentimiento que le apretaba el pecho. Sus versos estaban impregnados en desamor, desilusión y necesidad. Cada vez que los apreciaba, una miserable sensación le inundaba.

Entonces, en el preciso momento en que un gran peso comenzaba a caerle sobre los hombros, Jae Min ingresó en la cafetería y fue hasta el mostrador para pedir un café con leche. Cuando recibió su pedido, se volteó y ambos cruzaron miradas. Enseguida, una sonrisa se formó en su rostro.

—No sabía que madrugabas —dijo a modo de saludo, acercándose para tomar asiento a su lado.

Él sonrió y se encogió de hombros.

—Me gusta la tranquilidad; después de las 12 está lleno y es un caos —respondió con sinceridad—. ¿Qué hay de ti? ¿Cuál es tu excusa?

—El aroma de la mañana calma mi mente —tomó un sorbo de café—. Aunque hoy hay un motivo más. Debo ponerme al día con algunos trabajos.

—¿Desde tan temprano? ¿Qué tanto es? —Youngjae se cruzó de brazos, apoyándose en la mesa— ¿Necesitas ayuda?

La chica no pudo ocultar su sorpresa. A pesar de que su presencia le resultaba cálida y cómoda para estar, no esperaba obtener su interés.

—Si quieres —continuó— podemos vernos aquí luego, al término de la jornada.

Jae Min guardó silencio, algo conflictuada. "Al término de la jornada"... pero jamás se había perdido ni un solo et Beat. Nunca. Sin embargo, luego se concentró en las brillantes pupilas de Youngjae, el chico de sonrisa increíble.

—Claro —accedió devolviéndole la sonrisa—. Nos vemos aquí.

A pesar de haber sonado como despedida, lo cierto fue que ninguno se movió. Al contrario, ambos continuaron hablando por horas, creando una extensa conversación profunda, divertida. Real.

LONE WOLF «Park Jimin»Where stories live. Discover now