LONE WOLF «Park Jimin»

12: Segundo lugar

La puerta de la casa golpeó con fuerza la pared al abrirse y un molesto Hoseok ingresó en el lugar.

—¡No puedo creer que la dejaras entrar aquí! ¡Es una maldita Stella!

—¡¿Y yo qué iba a saber?! —respondió Taehyung a la defensiva.

—¡Estamos en los et Beat! ¡¿no comprendes?! ¡Es lo mínimo que puedes hacer!

Cuando Keith apareció en el escenario, la incredulidad fue un sentimiento compartido para los Aurums; algo que al líder no le había gustado en lo más mínimo. No fue sorpresa para ninguno que su cara se deformara al escuchar los resultados de la noche.

—No puedes ser tan descuidado... —murmuró molesto Hoseok.

Hansol cerró la puerta de los últimos en completo silencio. Los siete chicos restantes se distribuyeron por la sala, sabiendo que no sería buena idea dejar el lugar si había una discusión en proceso.

En efecto, si Jung Hoseok hubiese querido que no se enteraran, habría apartado a Taehyung en lugar de gritar nada más volver.

Jungkook, Yoongi y S.Coups tomaron asiento en el sillón largo, Jimin y Hansol ocuparon los individuales a cada lado, y los coreógrafos se quedaron de pie, aunque a cierta distancia de los involucrados.

—Es ridículo —continuó refunfuñando el líder mientras se movía de un lado a otro, molesto—. Ridículo. Casi pareciera que fueras nuevo aquí. ¡Ja! ¿Es así, Taehyung? ¿Es que llevas dos días en al campus? ¡Por supuesto que no! ¡Llevas tres malditos años acá! ¡¿O esto ya no te importa?! ¿Es eso?

—No, pero-...

—¡Las Stellas no deberían estar tan cerca nuestro en la segunda noche! ¿Tienes idea de lo que hiciste?

—¡¿Acaso crees que me confesaría que es una de ellas?! —Taehyung contraatacó sus gritos— De todas formas no estuvo viendo nuestros ensayos ¡esa es la regla!

—¡Las reglas no aplican con otras fraternidades! —Hoseok explotó, acercándose de golpe a Taehyung y tomándolo por el cuello de la remera— ¿O acaso necesitas que te lo recuerde? ¡¿Eh?! ¡¿Necesitas recordar lo básico de un Aurum?!

—Ya basta —S.Coups se levantó del asiento, obteniendo de inmediato la mirada fulminante del líder—, no hay para qué seguir con esto. Enfoquémonos en ensayar, desde mi posición pude ver que Hansol y Yoongi perdieron el ritmo un par de veces. Si no fuimos primer lugar fue porque...

—¡Yo no hubiese perdido el ritmo si Jungkook hubiese llegado en el tiempo a donde debía! —Hansol se levantó igualmente, conmocionado con lo que ocurría.

—Y eso hice —el mencionado chasqueó la lengua—, no me hagas responsable de tu bajo rendimiento.

—Chicos... —M.B intentó intervenir.

—¡¿Ves?! ¡No afecta en nada que la haya traído sin saber que era una Stella! —gritó Tae.

De un segundo a otro, la discusión de dos personas se había transformado en un caos que envolvía e incluía a toda la fraternidad. Haber perdido contra un grupo femenino nunca le había sentado bien a Hoseok, era lo único que le irritaba más que quedar en segundo lugar; significaba perder doble, su fraternidad creada con pinzas resultaba insuficiente.

—¡Silencio! —ante todo el bullicio, Hoseok soltó un fuerte grito, tan imponente que hizo callar a los demás. Los chicos quedaron inmóviles, desprevenidos, y volvieron aprestarle atención— Hemos sido la fraternidad número uno desde el comienzo de los et Beat. Cada año mejoramos y nos mantenemos a la delantera; este no tiene por qué ser diferente —miró con dureza a Taehyung—. Todos lo vimos, vimos todos los números de esta noche. ¿Alguno de aquí cree que las Stellas estuvieron a la altura con el suyo? No, claro que no. Deberían estar compitiendo por el segundo y tercer lugar, no por el primero. Deben recordar lo que es importante, maldita sea.

—Hoseok, solo es la segunda noche, no-...

—¡Las Stellas están a solo diez puntos de alcanzarnos, Kim Taehyung! ¿Todavía no entiendes a lo que voy? ¡No puedes traer a quien sea solo porque te la quieres coger!

Un pesado chirrido resonó en el lugar. Aunque fue corto, el estruendo fue tal que silenció todo lo demás. Park Jimin se había levantado de su asiento con tanta brusquedad e irritación que el sillón había caído hacia atrás luego. Todas las miradas recayeron en él.

—Perdimos porque innovaron. Quedamos segundos porque al público le gusta lo nuevo y nadie esperaba ver a Keith. Ya. La próxima vez no será sorpresa, no tiene sentido seguir con esta estúpida conversación.

Entonces, sin decir más, dejó el lugar y fue escaleras arriba.

Como cada vez que algo le irritaba de sobremanera, Jimin pasó de su habitación y continuó hasta la puerta al final del pasillo. Ingresó en el dormitorio de M.B y se recostó en la cama. Casi un minuto después sintió la puerta abriéndose unos instantes, mas no escuchó ningún paso.

Intentando en vano ahogar un bufido, tomó asiento y enfrentó al chico.

—¿Qué? —preguntó a la defensiva.

M.B tan solo se apoyó en la puerta y cruzó los brazos por sobre su pecho:

—¿"Keith"?

Solo entonces Jimin notó su descuido.