26: Información confidencial

72 7 0
                                    

A pesar de que faltaran alrededor de tres horas para el inicio de la competencia, la gente ya había comenzado a aglomerarse alrededor de las gradas. Se trataba de la penúltima presentación de los et Beat, la expectación y emoción podía sentirse en el ambiente. Keith dobló en otra dirección, quería estar lo más apartada posible de ese escenario.

La última conversación que había tenido con Park Jimin continuaba persiguiéndola, reproduciendo repetidas veces cada una de las expresiones que tuvo cuando finalmente pudo decirle lo que sentía.

Era un desastre y, para empeorarlo, no había encontrado a Jae Min por ningún lado. Sospechaba que podría encontrarla en la cancha central pronto, pero ya había decidido que no iría, por lo que solo continuó caminando por los pasillos sin rumbo fijo.

Fue entonces cuando vio a lo lejos un par de piernas avanzando bajo una pila de papeles. Keith se mantuvo viendo al chico a la distancia, sin saber bien si debería acercarse a él como si nada luego de la última vez que habían hablado. Sin embargo, cuando los papeles cayeron al suelo no dudó en ir en su ayuda.

Solo cuando tuvo la mitad de los documentos apilados entre sus manos se fijó en la abrumada expresión de Kihyun. Cuando sus ojos hicieron contacto una sonrisa apareció en su rostro, aunque Keith solo pudo concentrarse en la forma en que su párpado derecho caía a causa de la hinchazón. La piel alrededor estaba de un color rojizo, comenzando a tornarse morada.

—¿Estás bien?

—Sí, sucede todo el tiempo —respondió juntando los papeles que ella había ayudado a recoger del suelo.

—No hablaba del papeleo.

La voz de la chica salió grave, seria y preocupada. Kihyun volvió a posar sus ojos en los suyos y sonrió una vez más, encogiéndose de hombros.

—Es inevitable a veces —murmuró—. Algunas personas no saben afrontar ciertos hechos.

Keith frunció el ceño. Kihyun tenía un corte en el labio que parecía no querer cicatrizar, pues volvía a sangrar a ratos mientras hablaba.

—¿Lo reportaste? ¿Quién te hizo eso?

—No es nada —insistió sacudiendo su cabeza—. ¿Tienes un tiempo? Hay algo de lo que me gustaría hablar, creo que podría interesarte —Keith dudó unos segundos ante la intriga y asintió—. ¿Me acompañas? Debo ir a entregar el papeleo a la oficina primero.

Entonces, ambos se encaminaron hacia la entrada del campus, donde se encontraban las oficinas de toda la dirección y organización del lugar. Si bien Kihyun no trabajaba directamente para el director, tenía pase liberado dentro del lugar; tanto la secretaria como los guardias sabían de él.

La chica esperó fuera de la oficina unos minutos hasta que regresó con una carpeta en la mano. Lo siguió hasta una banca y tomaron asiento.

—¿De qué querías hablar? —preguntó entonces, ya sin poder aguantar el suspenso mucho más.

—¿Conoces a M.B?

La pregunta tomó a Keith por sorpresa.

—¿El Aurum? —¿El hermano adoptivo de Park Jimin? Kihyun asintió— Sí... algo, no mucho realmente. ¿Por qué?

—¿Sabías que está relacionado con Park Jimin? —Keith controló su reacción y fingió ignorancia— Están aquí bajo el nombre del mismo tutor, "Mia Kong".

—¿Y cuál es el...? ¿Por qué...? ¿Por qué me dices esto?

—Después de nuestra conversación de ayer continué con mi trabajo y el papeleo, pero encontré algo muy interesante revisando los expedientes de M.B y Park Jimin —murmuró. A esas alturas, toda la atención de Keith le pertenecía—. Ambos ingresaron el mismo día, Park fue internado para trabajar sus habilidades comunicativas debido a los diferentes traumas con los que llegó —la chica tragó pesado—. Y aquí viene lo curioso...

Kihyun abrió la carpeta y pasó un par de hojas, buscando un párrafo en específico dentro del expediente del chico. Cuando lo encontró se lo extendió a Keith, quien bajó la vista de inmediato.

—M.B no tiene los registros necesarios para estar aquí.

—¿Quieres decir...?

—No tiene ningún problema a tratar. Podría haberse ido meses atrás.

Keith chequeó el documento en sus manos, confirmando la información que el chico acababa de brindarle. Un mal presentimiento la invadió.

—N-no entiendo. ¿Qué...?

—Ni siquiera debería estar aquí. Si la dirección se entera de esto le darán el alta —dijo recuperando la carpeta—. M.B tendrá que dejar el campus.

Sus pupilas quedaron fijas en Keith. La chica no tardó en unir las piezas de lo que aquello significaría. Lo que M.B le había dicho sobre el pasado de Jimin era suficiente para comprender que él era su cable a tierra.

"Pasaron tres meses antes de que Jimin dijera algo", recordó sus palabras, "los doctores dijeron que era normal debido al trauma". Keith sintió un nudo en la garganta.

—¿Por qué harías eso? —preguntó— No es parte de tu trabajo. Solo... organizas.

Kihyun sonrió de una forma que la chica nunca había visto. La confianza que le inspiraba desde el primer día desapareció en cuestión de segundos.

—Sal conmigo.

—¿Qué?

—Sal conmigo —repitió—. Y los Aurums continuarán siendo nueve.

El rostro de Keith se deformó en incredulidad unos instantes. Apenas podía creer que el amable chico de cálida sonrisa le estuviese chantajeando. Pero sus ojos no parecían jugar; todas sus palabras iban en serio.

—¿Cómo puedo estar segura de que no lo harás?

—Soy un hombre de palabra, Keith —soltó una risita.

La chica mordió su labio y tomó una gran bocanada de aire antes de aceptar su destino; aunque repudiara su forma de actuar, sabía que se arrepentiría todavía más si la vida de Jimin se veía más afectada por su culpa. No podía hacerlo.

La expresión de Kihyun se volvió triunfante y solo pasaron unos segundos antes de que su primera cita tuviese lugar entre el público de las semifinales de los et Beat. Ya que la mayoría de las personas habían llegado con horas de anticipación, tuvieron que quedarse a un lado de la grada central.

Para su mala suerte, aquella ubicación solo le brindó una mejor visión a Park Jimin una vez que su fraternidad subió al escenario. El chico no tardó en hacer contacto visual con ella entre la multitud, como tampoco tardó en notar su mano entrelazada con la de Kihyun.

Aunque quiso intentar explicar lo que sucedía, no halló manera a la distancia. Y luego de que Jimin apartara la mirada y no volviera a verla en toda la noche, supo que tampoco tendría la oportunidad de decírselo de otra forma.

Era el final.

LONE WOLF «Park Jimin»Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum