。☬ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 19 ☬。

119 20 14
                                    

。☬。☬。
TᴀᴇHʏᴜɴɢ
°°°

MinJae había esperado fuera de la tienda mientras íbamos de compras. Probablemente, ya había comprobado si había una entrada trasera que pudiéramos utilizar para escapar. Aún no le había dicho acerca de nuestro plan para salir a un club. Era mejor si se lo revelaba de golpe al último momento.

JiMin silbó cuando me di la vuelta para que pudiera admirar mi atuendo.

—Santa mierda. Eres sexo andante. O tal vez muerte andante, porque SeokJin probablemente matará a cada tipo que te mire de la manera equivocada.

Puse los ojos en blanco.

—Vamos, JiMin. SeokJin no matará a nadie sólo por mirar.

—Já. ¿Quieres apostar?

No, no lo haría. Aunque, nunca había usado nada atractivo en público.

Di vuelta frente al espejo. Vestía unos pantalones de cuero negro y un suéter rojo vibrante de cuello alto bordado con lentejuelas, sin manga, que revelaba un poco de mi cuerpo en forma. Estaba trabajando en ello por mi cuenta.

—Tampoco te ves nada mal —le dije.

JiMin saltó de la cama.

—¿Te parece? —Me dedicó una sonrisa seductora. Realmente se veía muy atractivo en su licra negro sin mangas y un collar brillante en el cuello, con calientes pantalones de cuero negro.

—Eres un peligroso menor de edad. —Lo bueno es que no teníamos que preocuparnos de tener que mostrar una identificación.

Pasé mi brazo sobre sus hombros y lo saqué de la habitación. Al bajar, vimos a MinJae sentado en el sofá, limpiando su cuchillo. Sus ojos se alzaron y se detuvo por completo. Luego su mirada vagó por nuestros cuerpos.

Nunca antes me había mirado abiertamente.

—¿Acaso nos estás comprobando? —No pude dejar de burlarme de él. Era siempre tan controlado y recto. Esta pequeña llama de humanidad era un alivio.

Se puso de pie bruscamente, envainando el cuchillo en su funda. Sus ojos se centraron de nuevo firmemente en mi cara.

—¿Qué está pasando? —Había un atisbo de tensión en su voz.

Me acerqué a él y en realidad se tensó como si pensara que le saltaría encima. Eso casi me hizo reír.

—JiMin y yo queremos ir a Markee. —Ese era uno de los clubes más populares de la ciudad.

MinJae negó con la cabeza.

—No. Ese pertenece a La Bratva.

—Oh, entonces, ¿cuál es el club más caliente que pertenece a La Famiglia?

MinJae no dijo nada al principio. Pero luego metió la mano en el bolsillo y sacó su teléfono, probablemente para llamar a SeokJin. Algo se rompió dentro de mí. No podía creer que él tuviera que pedirle permiso a SeokJin.

Le di una mirada a JiMin y señalé a MinJae que había empezado a escribir. JiMin se acercó a él y le dió una palmada en el trasero. MinJae saltó y yo aproveché el momento para arrebatarle su teléfono.

Él dió un paso amenazador hacia mí, con los ojos llameantes de furia, luego se congeló.

—TaeHyung —dijo—. Devuélvemelo, ahora.

Deslicé el teléfono en mi cintura. Los pantalones eran lo suficientemente apretados como para no haber riesgo de que se deslice hacia abajo.

JiMin se alejó de MinJae, sonriendo.

권-ᴇ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora