، 🐾 : Capítulo 30

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Sus labios estaban unidos. Jungkook no sabía que necesitaba esa clase de contacto o al menos no hasta que el menor se atrevió a juntar sus preciosos labios con los suyos.

Si, era tímido y si, capaz no era el mejor de los besos para muchos, pero Dios, para Jungkook era la puta gloria. Sentía como si estuviera en el cielo y un ángel lo estuviera besando, joder, se sentía demasiado bien. El alfa se atrevió a mover sus labios y probar un poco más de Jimin, un poco más de su sabor.

Jimin, Jimin sentía que estaba flotando, el beso para él era perfecto, era la gloria misma. Sentía como si sus labios y los del mayor estuvieran hechos para estar juntos y es que era imposible no pensar aquello si encajaban perfectamente. Los dos se sentían bien, los dos sentían como si estuvieran en el más sagrado de los cielos.

Jimin tímidamente invitó a la lengua de Jungkook para que pueda explorar más y el rizado aceptó gustoso la invitación del omega. No saben cuanto duró aquel acto, podrían haber sido minutos o tal vez horas, pero tampoco les importa a decir verdad. No fue salvaje, no fue necesitado, solo era un acto puro, con cierta inocencia de hecho, se estaban terminando de conocer a través de aquel contacto. No fue algo rápido, no fue algo pasajero, solo se estaban dando el atrevimiento de permitirse dejarse llevar por un momento, estaban permitiendo dejarse dominar por sus lobos.

Park terminó a horcajadas del rizado, este le sujetaba la cintura al menor con suavidad y las manos del castaño estaban en el rostro del mayor. Sus labios bailaban a un ritmo que solo ellos podían dar, no se apresuraban a que terminase aquel simple pero tan íntimo vaivén de caricias, pero hubo un momento donde se permitieron tomar un poco de aire, sus frentes chocaron y se quedaron en silencio, sintiendo su pecho subir y bajar por lo agitados que estaban.

Cerraron los ojos y quedaron respirando el aroma de ambos mezclados, el omega ronroneó por la calidez que le brindaba el aroma. Ninguno se atrevía a decir alguna palabra porque no sabían que aportar al momento. Todo fue tan único y especial que no querían romper la esencia de la ocasión.

Sus lobos se conectaron e hicieron que todo sea tan peculiar que no había palabras para describir el sentimiento de ambos, lo único que quedaba decir era que estaban sin habla.

—Jungkook... —susurró el castaño con su frente pegada aún a la del rizado.

—Shhh —dijo despacio el de ojos verdes, solo quería sentir la cercanía del omega, solo quería sentir sus fragancias mezcladas.

Jimin abrió los ojos y miró de nuevo los labios del mayor, no lo pensó dos veces o, mejor dicho, no pensó y dejó cortos besos en aquellos labios que se habían vuelto sus favoritos. Jeon sonrió por la acción, tratando de corresponder a los pequeños piquitos que dejaba el otro.

—Tus labios se convirtieron en una de mis cosas favoritas.

—¿Ah si? —dijo el rizado dándole ahora un pequeño beso al omega.

Jimin solo sonrió y suspiró, nunca se había sentido tan cálido y tan relajado en su corta existencia.

Jungkook abrió sus ojos y vio el rostro del omega en la oscuridad, era tan perfecto a su parecer, nariz pequeña pero hermosa, labios hinchados de tanto besarlos, cabellos desordenados y un pequeño flequillo pegado a su frente, ojos azules como el cielo, piel tan suave como un algodón, le parecía perfecto.

—Dios, eres tan hermoso —dijo mirándolo a los ojos y acunando su rostro. El omega se sonrojó por el cumplido y el rizado volvió a besarlo, se había vuelto una adicción.

Jimin suspiró en el beso, se sentía tan especial así, los labios del alfa le daban una calidez que no sabría explicar, lo hacían sentir tan amado que dolía, las caricias que le brindaba en su piel, acariciando tan suavemente, como si fuera de porcelana, como si se fuera a romper. Se separaron sonriendo y se miraron a los ojos, el omega acomodó algunos rizos del mayor, su cabello era muy suave.

park › kookminWhere stories live. Discover now