، 🐾 : Capítulo 08

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El omega lo miró extrañado, primero ni siquiera se gastó en mirarlo y luego venía y le preguntaba si podía sentarse a su lado. Igualmente la verdadera pregunta es porqué está pensando en eso, muchas personas lo ignoran en su día a día y él no se pone a pensar en cada una que lo hizo, así que salió de sus pensamientos y habló.

—Claro —dijo sin más.

Jungkook se sentó un poco más alejado de a su lado, respetando el espacio del castaño. Jimin siguió con su tarea y su cachorro seguía triste porque usó su nombre para retarlo.

—Disculpe... —pasó de largo—. Señorita, podría... —volvió a pasar con prisa. Cuando ya te vuelves alguien frecuente te ignoran más, pero Jimin no quería volver a irse, ese parque se volvió en algo así como su hogar.

—Señor —esta vez si le prestaron atención—. ¿Podría darnos una ayuda a mi hijo y a mi? —preguntó el castaño con la voz más dulce que pudo. El señor se dedicó a mirar al cachorro, no veía que estuviera tan mal.

—No veo que estén pasado necesidad, así que con permiso —el omega suspiró.

—Claro, que tenga buen día —dijo con voz apagada.

Jungkook miraba con atención a cada persona que pasaba, observando el como la mayoría pasaba como si nada, como si no hubiera nadie sentado pidiendo ayuda. Fruncía el ceño cada vez que ignoraban al omega y quería gruñirle a aquel sujeto que le dio tal comentario, pero era imposible hacer eso, aquel chico no era nada suyo y sería una gran falta de respeto hacer tal acto.

Los minutos pasaron y ya no había circulación en aquel lugar, ya todos habían tomado sus respectivos trenes, bueno, todos menos Jungkook, quien miró su teléfono para ver la hora, eran las 08:05, todavía faltaba mucho. El omega le susurraba cosas inentendibles al cachorro, cosas que el alfa no entendía, pero parecía que era algo gracioso porque el bebé empezó a las carcajadas. La risa de ese pequeño revolvía algo en Jungkook, algo que ningún otro bebé había hecho. Estaban en un silencio algo incómodo, pero ninguno pareció darle importancia.

Jungkook se dedicó a mirar disimuladamente a Jimin, notaba que sonreía cada vez que veía a su pequeño, notó que se acomodaba el flequillo que tenía cada cierto tiempo, notó que ponía un pie de costado y ponía el otro encima. El alfa se concentró en examinar al omega de alguna manera, no por algo en especial, solo le daba algo de curiosidad ese chico.

Jimin notaba que Jungkook lo miraba de vez en cuando con detenimiento, el alfa no era el mejor disimulando. El corazón del omega latía con fuerza, estaba aterrado, aunque no lo demostraba, se dedicaba a mirar a su cachorro porque era imposible voltear a ver al alfa. Jimin paró a Jaehyun en sus piernas y el cachorro fue directo a "sacarle" la nariz, era una acción que había aprendido. Jimin rió y el cachorro le sonrió mostrando sus pocos dientes.

Jungkook veía todo con adoración. Ese cachorro de cabello castaño, de tez blanca, ojos grises y risa contagiosa le había tocado un punto en el que no sabía que existía. El mayor nunca fue fan de los bebés y menos si eran de otras personas, pero luego llegó ese pequeño querubín que sin conocerlo le robó una parte de él y su risa era tan hermosa que lo haría reír solo con el fin de escuchar esa risita. Luego estaba ese omega, ese que le daba curiosidad, ese que cada célula de su cuerpo decía que se acerque sin ninguna explicación, ese al que estaba mirando tan fijo que hasta él mismo se da miedo. Ese omega castaño, de rostro tallado a mano, de piel suave a la simple vista, de ojos color cielo, de labios gruesos y hermosos, ese omega había despertado algo en él que no tenía explicación, algo que no tenía un porqué.

No era algo fuerte, no, era una mínima voz en él que le decía que lo ayude cada vez que lo veía, era una mínima voz que le decía que lo salve si lo necesitaba, era algo tan mínimo que capaz que nadie podía escuchar, pero él lo hacía, él la oía con claridad y decidía hacerle caso a esa casi inaudible voz.

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