12. Ivy.

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'Oh, goddamnmy pain fits in the palm of your freezing hand'

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'Oh, goddamn
my pain fits in the palm of your freezing hand'

Ana's pov

Camille se marchó ayer por la mañana, luego de que Charles se fuera, y debo admitir que nunca me he sentido mas sola, a pesar de haber estado en soledad casi toda mi estadía en Mónaco. Y es en estos momentos de soledad en los cuales más pienso en mi madre; quizá porque siempre seguiría siendo ese nido al que acudir para acurrucarme cuando fuera que se desatara la tormenta, o quizá porque no dejaba de preguntarme si se sentiría decepcionada conmigo si es que pudiera verme.

Y puede que suene estúpido pero, aunque ella no esté, cada cosa que hago es para hacerla sentir orgullosa de mi y demostrarle que lo había hecho bien, que fue una madre maravillosa. Y ahora me duele un poco pensar en que lo más probable es que estaría muy decepcionada de mi si supiera que estoy sintiendo cosas por Charles, un hombre que está a punto de casarse con otra mujer, que no soy yo.

Pero a pesar de todo, sé que estaría tranquila al saber que cuido bien de mi hermana, mucho más ahora, con mi padre en libertad. Y justo debido a eso, solo salgo lo justo y necesario de mi hogar, es por eso que ya casi no hay comida en mi nevera, por lo que me dispuse a salir a comprar lo necesario para subsistir en la semana.

Ya en la tienda, saco todo lo que necesito y lo pongo en el carro. Cuando estoy a punto de pagar, veo a Lance cerca. Esta con unos lentes de sol y una gorra, tratando de ser discreto ante el público.

Dudo por un momento si saludarlo o simplemente seguir con mis compras. Nuestra última interacción no fue precisamente amigable, y no sé cómo tomará el verme aquí. Sin embargo, una parte de mí quiere romper el hielo y tratar de arreglar las cosas, después de todo, era uno de los pocos amigos que tenía en Mónaco.

Me acerco a él con cautela y le ofrezco una sonrisa algo tímida.

- Lance, hola.- Digo en tono amigable, tratando de que no haya resentimientos en mis palabras.

Lance se quita los lentes de sol y me devuelve la sonrisa, aunque su expresión parece algo incierta.

- Ana, que sorpresa. ¿Cómo estás?.- Me dice, y yo agradezco que haya respondido de manera positiva.

- Muy bien, gracias, ¿y tú? He visto las últimas carreras por televisión, estuviste increíble.

- Muchas gracias, Ana. Nada mal la verdad, han sido dias buenos. ¿Tú cómo te has sentido luego de la última vez que nos vimos?- Pregunta sin discreción alguna.

- Fue un poco extraño, complicado la verdad. Pero ahora todo está bien, ¿no? Lamento mucho haber reaccionado de esa manera.

- Discúlpame a mi. Fue todo mi culpa, Ana.- Dijo con lastima y vergüenza en su rostro. Yo sentí lástima, porque a pesar de que me haya molestado su comentario ese día, Lance es un buen chico, y quiero mantener su presencia en mi vida.

Ley Ferrari | Charles LeclercWhere stories live. Discover now