1 - Un comienzo odiado.

263 46 245
                                    

Alan detestaba ese pueblo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Alan detestaba ese pueblo. 


Odiaba lo pequeño que era en comparación a la monstruosa ciudad de la que venia, detestaba qué el internet apenas y funcionaba debidamente en ciertas partes específicas donde si se movía medio milímetro podría decirle adiós a la señal recién obtenida; aborrecía que no había muchas cosas con que entretenerse en un sitio así de recóndito, además, de que todos conocían a todos, al menos de vista y rumores, así que bastaba que algún integrante de su familia abriese un poco la boca y profiriera algún dato sobre su persona, para que todos lo ubicaran y supieran dicho dato filtrado.

Por si no fuese suficiente, en casa, tenia que lidiar con la extrema amabilidad que su tía Liliana le mostraba, con el griterío y atosigamiento que su par de primos mellizos le propinaban con abrumadora vitalidad, y, lo peor de todo, su primo Miguel, a quien le ganaba por unos cuantos meses en edad, pero que, por algún motivo, creía ser su madre. Así lo sentía Alan, quien debía soportar las incriminaciones, las ordenes y los gritos histéricos de este curioso e irritante familiar.

La mañana de integrarse a su nuevo centro de estudio llegó al cabo de poco menos de una semana. Así que su alarma sonó a las 5:55, invitándolo diestra y sonoramente a levantarse de la cama. Las zancadas cortas y concisas de aquel par de infantes sonaron no muy lejos. Al parecer, como todas las mañanas, corrían por ver quien ganaba el baño primero.

     ꟷAsh ꟷ soltó Esteban, dando una patada al suelo, lo cual fue la señal inequívoca de la victoria de Estela, su melliza.

Por otro lado, en la cocina, sonaban ollas y sartenes, el agua correr mientras un cuchillo partía magistralmente algún elemento de dicho desayuno exprés. Sin duda alguna, su tía debía estar preparando algún omelette o algo por el estilo.

Toc. Toc.

Sonó al otro lado de la puerta entre el coctel de sonidos mañaneros que invadían sus oídos.

     ꟷ Alan ꟷlo llamaronꟷ, Ya es hora, se nos hará tarde.

Alan dejó escapar un gruñido ahogado bajo las sábanas. Hubo un par de golpes más que ignoró, hasta que la puerta se abrió de golpe.

     ꟷ¡Alan!ꟷ Insistió.

Una voz que para él era irritantemente chillona y sobre todo, demandante. Ni siquiera su madre le había gritado de esa forma.

     ꟷ¡¿Qué quieres?! ꟷAlan estaba molesto, incorporándose sobre su cama, y tomando una de sus almohadas con fuerza, listo para iniciar una pelea.

     ꟷ¡Qué te levantes!

     ꟷ¡Pero si ya te escuché!

     ꟷ¡Pues no parece! Y baja la voz, los vecinos se van a despertar...

No me olvidesWhere stories live. Discover now