Un novio falso (HAOBIN) (Boys Planet)

Capítulo 13

Las clases del día acabaron para Hanbin, así que se despidió de Gunwook y fue a la facultad de Zhang Hao ya que él acababa una hora más tarde.

De camino a esperar a Zhang Hao se encontró a Yujin.

—Hola.

—Hola Yujin. ¿Qué tal te va en la facultad de derecho?

—Pues bastante bien, aunque tengo muchos exámenes, ¿y tú?

—A mí también me va bien. —ambos se despidieron y cada uno siguió con su camino.

Al llegar a la facultad donde se daban las clases de astronomía, espero paciente afuera de la clase de Zhang Hao. 

Casi una hora después todos los estudiantes de aquella clase salieron a la vez.

—¡Hanbin! ¿Qué haces aquí? —hablaban mientras comenzaron su camino a casa.

—Los lunes acabo una hora antes que tú, así que he pasado a buscarte. —Zhang Hao sonrió al escuchar las palabras de Hanbin y se dieron la mano como si nada.

Durante el camino, Sung vio que era la oportunidad perfecta para su petición.

Se paró y se puso delante del chino. No es que fuera el momento más romántico pero lo importante eran las palabras, no el ambiente.

—¿Qué te pasa, Bin?

—Hao... Quería decirte que en un corto periodo de tiempo te has convertido en una persona muy importante en mi vida. Casi me da algo cuando me dijiste que te ibas a vivir a China. —Hanbin rió un poco al recordar eso último —Así que... Me harías el humano más feliz de la tierra y del todo el universo aceptando ser mi novio, pero novio de verdad, no lo que somos ahora. —Zhang Hao se quedó sin palabras, estaba muy emocionado ya que la persona que secretamente le gustaba le había pedido ser su novio.

—P-por supuesto que acepto ser tu novio, Bin. Prometo que haré que seas el humano más feliz de todos al estar a tu lado.

—Y yo haré lo mismo cuidando y queriéndote. —en medio de la calle se dieron un gran y largo abrazo. Las personas que presenciaron aquel momento aplaudieron para luego seguir con su camino. Continuaron con su camino a casa más felices que nunca, y eso los señores Sung lo notaron.

—Chicos, —la señora Sung habló —os veo demasiado felices. ¿Qué ha pasado?

—Nada, mamá.

—Señora Sung no se preocupe.

—Está bien, os creeré. —los dos novios subieron cada uno a su habitación para guardar las cosas de la universidad.

Después de que cada uno se hubiese duchado, ya era por la tarde-noche. 

Al día siguiente ninguno de los tres más jóvenes iba a tener clase ya que tanto en la universidad como en el instituto era un día festivo. Por esa razón, Zhang Hao y Hanbin decidieron ir a cenar a una pizzería.

De camino allí fueron dados todo el rato de la mano. Como en aquella pizzería no hacía falta hacer una reserva, pasaron de suerte ya que estaba bastante lleno y les indicaron que podían sentarse en la mesa que estaba al lado de la ventana, al menos así podrían mirar las vistas.

Mientras esperaban que les atendieran, comenzaron a hablar.

—Hoy estás muy guapo, Hao.

—Tú también, estás reluciente. ¿Qué pizzas vamos a pedir? Podemos pedir dos medianas y compartirlas. —Zhang Hao comentó y Hanbin se puso a pensar.

—Mm... A mí me gusta la de pepperoni. ¿Y a ti?

—A mí también me gusta. Podemos pedir también la de cuatro quesos, está muy rica.

—Sí, lo está. Pues entonces pediremos esas dos. —Zhang Hao asintió y esperaron un rato para que vinieran a tomarles nota.

Una camarera se acercó a ellos.

—Hola. ¿Qué queréis para beber?

—Yo quiero una Coca-Cola.

—Yo también. —la camarera asintió mirando a Zhang Hao.

Unos dos minutos después la misma chica regresó y les dio las bebidas.

—¿Y qué pizzas vais a querer?

—Dos medianas, una de cuatro quesos y otra de pepperoni.

—Estupendo. —ella sonrió —Os las traeré en unos quince minutos. —ambos asintieron.

Zhang Hao y Sung miraron un rato por la ventana. La vista era muy bonita y podía verse las luces de la ciudad por la noche. Los colores de la ciudad daban un toque de elegancia a la cena.

La camarera regresó con dos platos. Los puso en la mesa.

—Qué aproveche. —la chica antes de irse sacó un papel de su bolsillo dándoselo al chino. Cuando él lo cogió ella le guiñó el ojo haciendo que Hanbin se pusiese celoso. La camarera se fue sonriendo.

—¿Qué hay escrito en el papel, Hao? —el coreano hablaba con un tono de voz con algo de celos.

Zhang Hao abrió el papel lentamente viendo que había un número escrito.

—Creo que me ha dado su número. No te preocupes, Bin. —seguidamente arrugó el papel haciendo una bola con él y se levantó para tirarlo a la basura. Hanbin sonrió —Tú eres mi novio, y nunca te sería infiel.

—Yo tampoco. Ahora comamos. —ambos, sonriendo, cogieron una porción de pizza y comenzaron a comérsela.

[🪐]

Después de cenar, salieron de aquel lugar. El aire estaba algo frío así que fueron directamente a casa.

Al llegar, más o menos a las once de la noche, vieron que Jisoo estaba viendo una película en el salón junto a Rosé.

—Hola chicas. ¿Qué tal?

—Bien, Hanbin. ¿Qué habéis cenado?

—Pizza.

—La película hace unos diez minutos que ha empezado, ¿os apetece verla con nosotras?

—¡Por supuesto! —se sentaron junto a ellas en el sofá y pasaron un buen rato como en familia.

Una vez que la película acabó, Jisoo fue a acompañar a Rosé a su casa para que llegara bien. Zhang Hao y Hanbin se pusieron los pijamas y se fueron cada uno a su habitación.

Cinco minutos después, el teléfono de Hanbin sonó.

—¡Hanbin!

—¿Q-qué pasa Jisoo?

—Creo que me están siguiendo. ¿Puedes ir al parque de enfrente? Estoy por allí.

—¡Por supuesto que iré! —colgó rápidamente vistiéndose con unos shorts y una camiseta ya que era con lo que más rápido podía vestirse. Salió en chanclas y en medio minuto, ya que fue corriendo, llegó al parque viendo a su hermana sentada en un banco intranquila —¡Jisoo!

—¡Ay, me has asustado! Mira discretamente a la izquierda. —él hizo caso y vio a un chico que por momentos miraba a su hermana de una forma... Perversa.

—Jisoo, te voy a agarrar como si fueras mi novia y nos iremos rápidamente a casa. —él informó y ella, aún intranquila, asintió.

Fueron casi corriendo durante todo el camino y al llegar, Hanbin abrió la puerta en dos segundos con sus llaves.

Zhang Hao estaba en la entrada.

—¿Dónde habéis estado?

—Hao, un chico estaba siguiendo a Jisoo. Daba mal rollito ese tipo. Menos mal que su genial hermano seguía despierto para ayudarla. —él bromeó para que ella se sintiera mejor y después, todos fueron a dormir.