Capítulo 3.

4.7K 426 12
                                    

—Espero que esto sea de su agrado. —Comenzó a hablar una voz desconocida para todas.

—Eso esperamos todos, jefe. —Se metió Jin y todos rieron.

—Yo soy la máxima autoridad aquí. Yo mando y ustedes obedecen. Llámenme Park —pidió a las chicas, luego se dirigió a sus trabajadores:

—Lleven cada chica a su habitación. —Todos obedecieron.

—Hay seis muertas. Ya estuvieron con nosotros como ocho meses. Sácalas antes de que sean más estorbo de lo que ya son. —Pidió Bon-Hwa a Jin y él asintió.

Jin caminó detrás de sus compañeros.

Esto era un edificio de ocho pisos a las afueras de Seúl. Todas las personas creían que era un edificio donde practicaban Parkour, hasta la policía. Nadie hasta ahora, lo había descubierto. El edificio estaba en ruinas por afuera, eso bajaba las sospechas. Todos eran muy cautelosos.

—Súbanlas con cuidado —ordenó Jin.

...

Sarah:

Estaba asustada. Ya no me importaba Jungkook y solo pensaba en mi mamá.

—Aquí estarás tú —dijo un señor y me empujó.

—¿No me va a soltar? —Le pregunté con un tono molesto.

—Cuidado con ese tono.

—Ajam. ¿No me va a soltar? —No podía evitar ser grosera.

—Jin pasa para soltarlas a todas, yo no tengo esa autorización.

—Estoy sintiendo que estoy parada en la nada, ¡¿me puede indicar dónde está la maldita cama?! —Subí mi tono, el señor gruñó.

—Da tres pasos hacia atrás. —El señor me indicó eso y yo lo hice:

—Graciaaaas. —Alargué la palabra porque me tropecé con lo que parecía un tubo y me caí golpeándome la cabeza contra la pared. El señor soltó una carcajada y dijo:

—Para que así aprendas a respetar, niñita mocosa. Disfruta tu estadía. —Y lo último que escuché fue un portazo.

—¡Argh! —Gruñí y empecé a tocar todo. Me levanté del suelo y caminé muy despacio con mi espalda inclinada, como si estuviera haciendo una venia. Estiraba mis brazos y tocaba todo. Luego de una corta búsqueda, sentí la cama, ¡pero con mis pies! ¡Solo era un colchón!—. Fantástico —halagué con sarcasmo y traté de quitarme el harapo de los ojos.

—No, no señorita. No puedes hacer eso —susurró una voz en mi oído derecho asustándome. Un escalofrío recorrió mi cuerpo—. ¿Asustada? —Ambos seguíamos en la misma posición.

—Suelta esto, Jin —le ordené.

—¿Y qué me das si lo hago? —¿Eso era coqueteo? Jin, por Dios, ¿qué te pasa?

—¡Jin, que me sueltes! —Zapateé.

Él me agarró por la cintura y me juntó a él:

—No seas grosera. —Con su dedo comenzó jugar en mi brazo derecho y me dio un beso en el cuello. Me estremecí—. Por eso, me iré sin quitarte nada.

Me quedé ahí, quieta y asimilando. Solo trataba de deshacer la sensación de escalofríos que me recorría. No me di cuenta cuándo Jin salió porque fue tan silencioso como cuando entró. Me tiré al colchón y olía a polvo; sentía que estaba sucia e intentaba una y otra vez soltar el harapo que cubría mis ojos. Ya me estaba empezando a desesperar, y en un intento por calmarme, me dormí.

SAVE ME. (Jin de BTS).Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt