Capítulo 24.

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Jin y Sarah habían podido arreglar todos los problemas y dolores que había entre ellos. Ya estaban felices uno con el otro; ya no había rabia, ni odio entre ellos. Ya eran la pareja sin confirmarse como siempre lo habían sido.

—Ven aquí. Te mostraré tu regalo por tu décimo octavo cumpleaños.

Jin tomó de la mano a Sarah y la llevó a caminar por la cubierta.

—¿Mi regalo? —Sonrió.

—Sí. Eso acabo de decir, Sarah.

—Hmm... —pensó algo confundida.

En medio del oceáno atlántico, sin nada qué comprar o sin algo para hacer un detalle. ¿Qué podría hacer?

—Cuidado te vuelves a caer, Jin —hizo esta broma con mucho cuidado. Jin podría enojarse.

Jin rió y la haló para abrazarla por los hombros.

—Nos caeremos juntos, entonces.

—No quiero volver a estar en el agua. No quiero estresarme más pensando qué hay debajo de mí.

—Tiburones, ballenas, y delfines.

—Calamares gigantes, peces ciegos y con linternitas. Pulpos, peces voladores, cangrejos, anguilas eléctricas y serpientes corales.

Jin la miró y le sonrió. Sarah se derritió ante aquel gesto y él le agarró la mejilla derecha con su mano izquierda y la besó.

—Romances a esta hora no. —Jimin estaba recostado contra la barandilla y reía.

—¡JIMIN! —Se quejó Jin cuando se separaron.

—Vengan ya. Sarah se perderá su sorpresa.

Sarah emocionada corrió hacia la barandilla al lado de Jimin.

—¿Qué es mi sorpresa?

—Ya verás. Algo que pasa solo en noviembre, y por aquí. —Jin se posó a su lado.

Los tres comenzaron a mirar hacia el oceáno y Sarah no comprendía muy bien.

—No hay hora fija, pero puedo calcular que ya pronto pasará —aportó Jimin cuando vio el gesto confundido de Sarah.

—¿Cuántas veces has visto esto, Jimin? —Jin volvió a abrazar a Sarah por los hombros.

—Decenas de veces. —Agarró la barandilla y arrugó la frente por la molestia del sol.

—Bueno. Entonces... vete que es nuestro momento —Jin le echó de allí.

—¡Oye! —Sarah le regañó.

—Tienes razón, bro. Me voy. Además —se alejó—, mañana llegamos. Tengo algo que hacer.

Sarah giró y le sonrió. Él le guiñó el ojo y Jin le sacó el dedo de la mitad.

—Bueno... estoy ansiosa por saber qué regalo de la naturaleza me mostrarás.

Jin iba a hablar pero gaviotas empezaron a pasar volando por allí y Jin sonrió.

—Espérate. Ya casi... —sonrió.

Sarah miró todas las gaviotas y quedó impresionada por tanto orden en su vuelo.

—Cuando iba a la playa... ellas eran locas y destructivas.

—Este es su ambiente. Son calmadas y organizadas.

La abrazó más fuerte y le besó la mejilla.

Docenas de delfines empezaron a asomarse desde la profundidad del mar. Unos saltaban, otros daban vueltas en el aire. Todos eran ruidosos y tiernos. Había crías y más peces junto a ellos.

SAVE ME. (Jin de BTS).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora