Epílogo.

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Tres meses después:

Sarah:

Ya habían pasado noventa días desde que Jin se había alejado de mi vida. Pude ver que toda esa maldita organización se fue a la mierda, que todas las chicas ya estaban en sus hogares sanas y salvas.

Ji Eun, a ella jamás la olvidaría y mucho menos a Namjoon...

Mi familia comenzó a notar que caía en depresión y por eso viajé por casi todo Estados Unidos. Pero, díganme, ¿en qué impide eso que deje de extrañar a Jin? En todos los viajes estaba atrás recostada contra la ventana mientras escuchaba música y le pedía a gritos al cielo que me devolviera a Jin. No niego que disfruté un poco la navidad... yo había sido muy feliz paseando, comiendo, bailando y cantando con mi familia. No podía culparles de nada. Ahora estaba repitiendo mi año escolar, estaba retrasada un año... fantástico. Pero todos en la escuela eran amables conmigo. Mi trabajo de bailarina había mejorado; ya estaba en una mejor academia y pronto bailaría para uno de los grandes artistas de aquí de los Estados Unidos: Justin Timberlake. No era un trabajo fijo, solo haríamos audiciones para ver si nos contrataban. Esperaba eso con ansias.

Todas las noches, sin falla, miraba el cielo para ubicar las pléyades y llorar mientras comía chocolates recordando a Jin... y odiaba a la luna y a las nubes cuando no me permitían verlas. Mi pecho ardía por más calor familiar que tuviera. Sin embargo, todos los días me despertaba con una sonrisa en mi cara y con ganas de seguir luchando por mis sueños.

...

Estaba al otro lado de la calle del parque esperando a que mi novio llegara con los helados. De repente, miré al otro lado y vi la banca donde me había sentado hace un año para escapar del dolor por Jungkook. Todo mi ser se desmoronó y la felicidad se desvaneció. Vi dos hombres yendo por una chica que lloraba sin consuelo, sola y vacía y en esa banca. A unos metros estaba una camioneta donde la subieron para sacarla del país y no dejarla ser feliz. En la ventana del copiloto pude ver a Jin con unos ojos de nerviosismo que jamás voy a olvidar.

—¡Jin! —Comencé a llorar.

¿Por qué simplemente no podía avanzar? ¿Por qué seguía fingiendo que era feliz, si no lo era? ¿Por qué Jin no es mi alma gemela? ¡¿POR QUÉ ME ENAMORÉ DE ALGUIEN TAN CRUEL Y DESQUICIADO?!

Porque él no es así... él es amable, hermoso, cariñoso, delicado, pervertido, gracioso, juguetón, serio, tímido y a la vez no; él es todo para ti. Él no es fuerte como lo demuestra; él es frágil, llorón, miedoso, orgulloso y sumiso. Pero sin embargo, arriesgó todo por ti... valiente era la palabra para él.

Me abracé a mí misma y tuve que poner los pies en la tierra. No podía llorar aquí por él delante de tanta gente; no podía llorar por un hombre mientras esperaba a otro con helados. Me limpié las lágrimas de inmediato e inhalé y exhalé para esconder la cara roja.

—¿Estás bien? —Me preguntaron por detrás. Giré y contesté:

—Sí, Jungkook, sí. —Le sonreí.

—Bueno... toma tu helado y olvida todo lo malo. —Me entregó una paleta de chocolate y me sonrió.

—Gracias... pero vayámonos de aquí. —La recibí y comencé a caminar.

Él me alcanzó y me abrazó por los hombros. Jungkook no tenía la misma cara que tenía cuando me fui, ahora era masculina y tenebrosa. Y sí... estaba aquí fingiendo felicidad con alguien que me había causado el daño más grande en mi vida: conocer a Jin. Yo jamás estaría arrepentida de Jin, jamás, así él no me amara como yo a él, eso no me importaba en absoluto. ¿Y por qué error? Porque no estaba aquí a mi lado, para reír y jugar conmigo, mientras comemos un helado y contamos chistes.

SAVE ME. (Jin de BTS).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora