Capítulo 28.

2.6K 308 35
                                    


El mundo se congeló.

Jin y Sarah se miraron a los ojos. Ninguno dijo nada.

Jin se demostraba serio y frío como lo era normalmente. Sarah estaba débil e impresionada; sus labios temblaban y sus ojos comenzaban a volverse vidriosos. Ninguno se atrevió a hablar. Una palabra sería mala; como una navaja cortando piel. Pero ella no aguantó más y comenzó a soltar todas las lágrimas que contenían sus ojos.

—Sarah... —susurró Jin y dio un paso con timidez.

—¿En serio? —Solo preguntó en voz baja.

La gente que se bajaba de los buses, pasaba, y a ellos no les importaba darles esa escena de película coreana melodramática.

—Sí. Sabes bien cuál es tu camino y cuál es el mío —dijo sin expresión alguna.

—Por lo menos ven conmigo, hasta... hasta mi casa. —Apretó sus dientes.

—No. Puedes llegar a Washington, tú sola.

—Jin... —también dio un paso hacia adelante.

—¡JIN, NADA! —Le gritó—. Sarah, sabías que esto era lo que iba a pasar. ¡¿POR QUÉ MIERDAS, ME EMPEZASTE A QUERER?! —Le gritó en coreano, y ella pudo entenderle muy bien.

—Fue inevitable —le respondió también en coreano.

—¿Y por qué? ¡Yo no soy nada especial! —Volvió al inglés. Sarah bajó la mirada.

—Jin, ven conmigo.

—Sarah. Estoy cumpliendo tus deseos: que todo esto acabe, que yo me vaya y que lo olvides. Se harán realidad y no podemos evitarlo. —Apretó los puños.

—No seas así conmigo. —Dio otro paso y estaba a tres de él.

—Sarah... —Jin estiró los brazos y puso sus manos en sus hombros—. Ahora mismo, te comportarás como la persona de dieciocho años que eres. ¿Y sabes cómo?

—¿Ah? —Negó confundida— ¿Cómo? —El tono de Jin la quebraba y decepcionaba.

—Tomando un maldito autobús, yendo a tu casa y olvidando cualquier cosa que pueda dañarte. —La soltó y metió la mano en el bolsillo para sacar su billetera—. Esto es para tu pasaje... cómpralo. Aquí nos separamos. —Le tomó una mano y le puso el dinero en ella.

—¿Qué? —Sarah no comprendía nada. No era capaz.

—Lo que escuchaste. Irás a la taquilla de pasajes para las rutas por carretera y comprarás uno que te lleve a Washington D.C. —Le sonrió—. Luego, tomarás un taxi y darás la dirección de tu casa. Llegarás y todo el mundo feliz.

—En serio pensé que no te irías de mi lado.

—¡Sarah! —Lanzó una carcajada irónica mirando hacia el cielo—. No somos nada.

—¿No sientes nada por mí? —Su voz se quebró más.

—No. Nunca lo he sentido.

El mundo volvió a congelarse y su corazón se partió en mil pedazos.

Está bien. —Pasó su brazo derecho por los ojos para limpiarse las lágrimas—. Muchas gracias.

SAVE ME. (Jin de BTS).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora