Capítulo 11.

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Entré a la ducha, me desvestí y puse todo en el estante. Abrí el grifo y escogí agua fría. La dejé correr en poca cantidad y cerré los ojos mientras esta me masajeaba.

—Bonitas nalgas, cariño. —Escuché la voz de Jin en mi oído derecho y mi reacción fue gritar.

Él me tapó la boca al instante y yo me calmé. Empezó a reír, y... no puedo negar que tenía una risa espléndidamente hermosa.

—No vuelvas a hacer eso, por favor. —Suspiré con fuerza cuando él me soltó.

—No prometo nada.

Jin empezó respirar en mi cuello y todo mi cuerpo se paralizó; era tan típico cuando él estaba cerca.

—Eres tan preciosa... —besó mi hombro—. Tan hermosa. —Luego siguió con mi cuello y temblé—. Y tan perfecta. —Me giró y vi que él estaba vestido.

Me tomó por la cintura, y con fuerza, desespero y lujuria, comenzó a besarme. Yo puse mis manos en su cabello y nos recostamos contra la pared.
Sentí que comenzaba a humedecerme en el momento que él me besó lento, tan lento que la sensación me relajaba.

—Espero que seas mía —recordó después de que el beso terminase y no esperó por volver a hacerlo.

—Jin... —gemí entre el beso.

Jin mordió mis labios y succionó mi labio inferior. Eso fue delicioso. Luego bajó a mi cuello y masajeó mis piernas.

—No toques mis piernas gordas —dije con algo de rencor.

—Yo amo tocar tus piernas gordas, Sarah. —Apretó mis nalgas, me juntó más a él y me obligó a mirarle a los ojos.

Solo hubo unos segundos silenciosos y terminó bajando para dar pequeños besos por mi clavícula y llegar a mis senos. Metió uno en su boca y el otro lo tocó con su mano izquierda.

—Jin... —le tomé por el cabello y tiré mi cabeza hacia atrás.

Mordió mi pezón derecho y no pude evitar excitarme más. Quería más y que esto avanzara. Jin siguió masajeando mis senos con sus manos mientras iba agachándose y dando pequeños besos por todo mi abdomen. Enloquecí cuando supuse el lugar al que llegaría pronto.

—Hmm... —murmuró él y se detuvo—. ¿Quieres que siga? —Ambos nos miramos a los ojos.

¿Le rogaría? Yo lo necesitaba.

—¡Sí! ¡Por favor! —Le supliqué y él sonrió.

Jin separó un poco mis piernas y posó sus labios en mi clítoris. Yo le halé el cabello. Empezó a lamerlo de a poco. Después metió tres dedos en mi vagina y comenzó a moverlos con fluidez. Estaba algo mareada por las sensaciones. Mis piernas temblaban, pero quería más y más.

—Más —ordené inconsciente y él obedeció.

Sus dedos aumentaron la velocidad y su boca mucho más; con violencia hacía las acciones. Lamía mi clítoris con lujuria y luego con la punta de la lengua, empezó a provocarme. Yo grité. Él se detuvo y se levantó. Mi cabeza estaba gacha y con los ojos cerrados. Escuché que se quitaba su ropa y bajaba su bóxer. Me tomó por la cadera y me cargó. Me preparé para sentirme llena, pero no, solo me cargó, y resignada, recosté mi cabeza en su hombro. Sentí que caminaba y salía del baño. Me posó en su cama y abrió mis piernas; acercó su cara a la mía y abrí los ojos. En silencio y lentamente, entró en mí.

Mientras él me penetraba, nos mirábamos a los ojos. Había algo en su mirada que yo no podía descifrar. Sus ojos oscuros me intimidaron, avergozaron y ganaron. Sin embargo, alcé más mi cadera para que él tuviese más acceso. Esta vez lo estaba disfrutando mucho y él lo hacía con más fuerza; lento y con fuerza. Yo clavé mis uñas en su espalda.

SAVE ME. (Jin de BTS).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora