capítulo Ventidue

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-Antonella-

Al llegar a mi habitación, lo primero que hice fue abrir el sobre que me había mandado mi jefe, todavía no sabía de que se trataba pero la intriga que tengo sobre que habrá escrito me come..

Me siento en el borde de la cama, abro el sobre y saco el papel que tiene un aroma masculino muy familiar.

Lo abro y leo...

Señorita Antonella le comunico que hoy tendremos una cena con unos socios muy importante. Necesito que este a las 22hs en la habitación A69 donde será la cena.

León De Rege.

Viendo el horario sólo tengo un par de horas para arreglarme..

Ya siendo las 21:30hs ya arreglada y maquillada decido ir hacia la Habitación, mientras estoy en busca de la habitación veo a una pareja subirse al ascensor besándose de una manera que mejor dicha sería comiéndose la boca uno al otro.
Vuelvo a centrar mi vista en la búsqueda de la habitación cuando al fin la encuentro en lo último del pasillo.

Ya frente a la puerta decido golpear dos veces pero antes acomodo mi ropa, nunca me ha pasado de sentirme así de nerviosa por entrar a una reunión. Pero para decir la verdad no estoy acostumbrada a ver a mi jefe en una habitación solos...Bueno no tan solos también van a estar los socios.

Quitando eso de mi mente tocó la puerta y es ahí cuando veo al mismísimo León abriendo la puerta lleva puesto una camisa blanca que por cierto los primeros botones no están abrochados dejando una bella y admirable vista a su pecho, junto con unos pantalones de Jeans negros que marcan increíblemente sus piernas.

-Buenas noches Señor.-digo mirándolo fijamente.

-Buenas noches, llegas temprano.

-Solo a tiempo para la reunión.-digo.

- Pase-dice haciéndome un espacio para entrar a la habitación.

Cuando estoy entrando es donde escuchó como se cierra la puerta detrás de mi. Camino lo que es un pequeño pasillo hasta que llegó a la parte donde creo que sería el living donde se puede tener una gran vista a tremendo paisaje que nos ofrece Francia...

Pasaron unos 10 minutos en el cual estaba terminando de acomodar la mesa para la reunión, puse unas seis copas sobre la mesa redonda de vidrio, que por cierto no se ve hacía abajo,bueno junto  las carpetas con los contratos.... veo que mi jefe estuvo todo este tiempo sentado en el balcón mirando hacia la torre Eiffel, junto con una copa de vino.
Tengo que admitir que es difícil no perderse en la belleza que destaca al señor León... su altura, su color de piel, sus brazos, sus piernas las cuales son bien marcadas por esos jeans color negro, pero no puedo no destacar sus preciosos ojos.

No me doy cuenta que me quedé mirándolo hasta que siento el sonido de unos toques en la puerta miro la hora en mi reloj. Y es donde supongo que son los francés. Veo como León se levanta y se encamina a entrar cuando lo miro veo en sus ojos un asentimiento, que me confirma que ya es hora de empezar la reunión.

Ingresan unos 5 hombres, de edades diferentes, uno más jóvenes que otros, todos estrechan sus manos en forma de saludo y van ingresando donde estoy yo parada.

-Good evening gentlemen, this is my secretary Antonella.-  me presenta mi jefe delante de los caballeros. Yo hago una reverencia ya que mi ingles no es tan bueno como el de León.

-Take your seats gentlemen!- habla mi jefe mientras todos los caballeros toman asiento, cuando ya están todos en su lugar, yo regreso a una pequeña mesa donde tengo preparado unas plantillas de los diseños de los nuevos autos y los contratos. Mientras le entrego a cada uno, veo como León habla tan fluido y con mucha confianza con ellos, como si se conocieran de hace mucho tiempo. Al terminar mi asiento está al lado de mi jefe, me siento y ahí digamos que trate de seguir la charla pero me mezclaban mucho los idiomas.

Estaba tan concentrada en los papeles que no me Di cuenta que tenía a alguien tocando con su punta del zapato mi pierna, doy un pequeño salto en mi lugar, miraba a todas las personas que había en el cuarto hasta que me topé con la mirada de mi jefe.
Su mirada era sería pero con una sonrisa picardía, hago que mi lapicero caíga al suelo, cuando me estiró a agarrarlo veo que es mi jefe el de las caricias en mi pierna. Me incorporo y lo miro, y es ahí donde nuestras miradas se cruzan sin importar que hallan más personas a nuestro al rededor.

Corro mi pierna para un lado, hasta que ni eso lo impide volver a tocarme, soy una mujer que no le gusta jugar sucio pero León de rege no sabe con quien está jugando.
Arreglo mi silla acercándome más a él, cuando ya estoy lo suficiente cerca, mientras León sigue hablando con los franceses, aprovechó y con mucho cuidado me quito mi zapato y acerco mi pie a su pierna donde subo y bajo, subo mi mirada y puedo ver como se estremece, veo como frunce sus ojos y su manzana de Adán sube y baja, sigo guiando mi pie más arriba de su rodilla, hasta llegar a su muslo. Dejo mi pie un rato y el ya empieza a sentirse inquieto por tal atrevimiento.

El Perfecto ItalianoWhere stories live. Discover now