Capítulo 4

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Nueva familia para Regulus

Era una casa hermosa. Había muchas ventanas las cuales hacían que la casa se viera más grande y con más luz. La gama de colores era casi la misma que la fachada de la casa, blanco, café y verde, pero la única diferencia es que habían cuadros de paisajes, retratos y para la confusión de James había dibujos que parecían ser de un niño de cinco años.

— Los pasaría a la sala pero es que estoy cocinando. — dijo Regulus mientras los guiaba hacia lo que parecía ser la entrada de la cocina. — ¿Les molesta estar en el comedor?

— No, para nada. — dijeron todos a la vez.

— De acuerdo. — Regulus los dejó pasar primero hacia la cocina. — Pueden sentarse en la barra o comedor, si gustan.

Algo que a James siempre le había gustado era lo hogareño. Era algo que amaba, siempre había soñado que cuando fuera grande tendría una casa grande y realmente hermosa para casarse con el amor de su vida y tener por lo menos a cinco hijos correteando por toda la casa. Y justo cuando entraron a la cocina supo que esa sería su cocina para su casa soñada.

La cocina grande, lo suficiente para almacenar tanta comida fuera, era color madera al igual que la barra pero tenía electrodomésticos más modernos de la temporada.

James realmente se estaba enamorando de la casa.

Todos se habían sentado en el comedor mientras que Regulus entraba a la área de la cocina y se quitaba el suéter dejando solo su camisa manga corta a la vista.

— Estoy esperando a mi manager y comeremos — expresó mientras sacaba cosas del refrigerador. — ¿Quieren acompañarnos?

Mientras que a Peter y Remus les parecía amable a James y Sirius les sorprendió el hecho que Regulus los invitara a comer. Simplemente no lo creerían.

— Si no hay molestia nos gustaría. — dijo Remus recargándose en la silla.

— No la hay. — Regulus empezó a picar
un poco de carne. — ¿Les gusta la pasta con carne? ¿Sigue siendo tu favorita?
James se quedó mudo.

— ¿Lo recuerdas? — reflexiona sorprendido.

— Si, al parecer si. — Regulus parecía indiferente ante el comentario. — ¿A ti todavía te gusta las hamburguesas?
Sirius soltó una enorme sonrisa parecía que estallaría de alegria.

— Si, si. — dijo alegre que estampa sus manos sobre la masa, lo cual hizo que Regulus soltara una sonrisa burlona. — ¿Cómo lo recuerda?

— Alguien que conozco casualmente también es su comida favorita y a veces hace las mismas caras que hacías tú cuando no te querían comprar hamburguesas. — Empiezo a poner la pasta en una olla.

— ¿Piensas en mí cuando compras hamburguesas? — Sirius estallaba de alegría, sentía que su corazón le explotaría de la emoción.

— Ajá.

— ¿Quién es la persona? — pregunto. Regulus solo miró con duda. — ¿A quién le gustan las hamburguesas y te recuerdo a mí?

— Es una-

¡Titi Lu-Lu!

— Ella, justamente.

Los merodeadores voltearon hacia donde venía el ruido. Este provenía de un monitor que parecía ser del timbre de la casa.

¡Titi Lu-Lu! — la voz era chillona pero tierna a la vez, claramente era de una niña. —¡Ábreme Titi!

Regulus rápidamente camino así el monitor y presionó un botón para hablar.

Entre el sol, la estrella y la fama Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon