Capítulo 18

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La verdad que queremos ver

Y no importa que ya había preparado aquel desayuno por meses aun seguía leyendo la receta para no equivocarse en nada y que Mulciber no se enojara. El solía tener una dieta estricta gracias a su trabajo por lo cual tenía que cuidar lo que comía y Regulus era el encargado de hacerlas.

— Buenos días, precioso.

Volteó a ver a su pareja y no puedo evitar sentirse una mierda. Mulciber aún con ganas de dormir estaba recargado en el marco de la puerta sonriéndole tan bellamente mientras extendía los brazos para que fuera hacia él mientras que Regulus lo había traicionado anoche. No tardó en ir hacia él y devolverle el abrazo. Su pareja besó su cabeza mientras daba leves caricias en su parte baja de la espalda.

— ¿Sabes que te amo, verdad? — suplico que respondiera su novio mientras escondía su cara en el pecho del mayor.

— Lo sé, pequeño.

— Perdóname por lo que está pasando ahora. — subió su cabeza recargando su barbilla en su pecho. — Te prometo que no me volveré a acercar mucho a James... Lo juro.

Mulciber asintió para después agacharse y besarlo.

Su novio estaba siendo tan dulce y tan perfecto con él mientras que él lo había engañado. Regulus se sentía una horrible persona.

— Te amo. — dijo entre besos mientras gemía por la brusquedad del beso. — Te amo. Nunca me dejes, te lo ruego.

Porque, ¿Quién lo iba a querer más que Mulciber?

— Termina el desayuno y podemos continuar esto en la cama... — asintió embobado ante la oferta.

Corrió rápido a la estufa debido a que ya casi se le quemaría la comida y empezó a terminar lo que le faltaba.

— Barty dijo que vendrá en la tarde. — le mencionó. — Pero le dije que temprano porque hoy iré a una fiesta.

— ¿Qué? — preguntó enojado. — ¿Qué carajos? No, Reg. Hoy es el último juego del equipo.

Regulus resopló divertido ante la confusión de su pareja.

— No, amor. — se burló agarrando platos para servir la comida. — Eso es la próxima semana, lo tengo anota...

Miró el calendario y se dio cuenta que si.

Hoy era el partido de Mulciber.

— Claro, prefieres irte a una puta fiesta en vez de venir a mi partido. — dijo dolido.

Regulus se volvió a regañar.

Había engañado a su pareja, lo había comparado con otra persona que lo hacía sentir inseguro y ahora prefería ir a una fiesta de esa persona en vez de el partido de su novio.

Puso el plato en frente de Mulciber y pudo agarrar el rostro del mayor.

— Perdón. — dijo desesperado intentando borrar la cara de tristeza. — No me acordé... Tengo tantas cosas que no lo recordé...

— Siempre es la misma mierda contigo, Regulus. — le dio un fuerte golpe en la manos del menor haciandolas cambiar de color a un rosa claro a lo que él solo se tragó el gemido de dolor para no hacer sentir mal a su pareja.

— No, no. — empezó a hablar para intentar buscar una solución.

¿James se molestara por lo que hará?

— ¿Sabes que? — dijo firme. — Después de tu partido podemos ir a la fiesta.

— ¿Qué?

— Si. — exclamó emocionado. — La fiesta es en casa de Sirius y sí podrás conocer a mi hermano y su novio.

Entre el sol, la estrella y la fama Where stories live. Discover now