｡ 💮 : ﾟOne-Shots. Spruan ★ .・゜゜・

-., Teachers Pet

Juan Guarnizo Arbillaga, un chico de veintidós años fanático de las películas de romance, se enfrenta a grandes consecuencias las cuales no lo dejarán dormir por largos días.

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— ¡Hola Tomi! — saludó Juan con una sonrisa dibujada en sus labios, Tomas Guarnizo Arbillaga era el hermano mayor de Juan, y tenía que cuidarlo pase lo que pase.

Considerando que Juan era muy cuidadoso y no muy confiado de las personas, podría decirse que el ya estaba apto para cuidarse solo, pero Tomas no lo quería dejar hacer eso así que vivían juntos en una casa la cual sus padres la habían comprado justamente para ellos. Iban a la misma escuela y a ambos les gustaba el color naranja, eran casi iguales solo que con diferentes gustos, no contando sus colores favoritos.

— Hola Juan, ¿Te fue bien en el exámen o vas a repetir el año, bobo? — dijo Tomas riendo a carcajadas, Juan golpeó su hombro no tan fuerte para no lastimarlo.

— Claro que no, pendejo, pase. El problema fue el profe que me veía raro, siempre me miraba raro el wey y eso me incómoda. — Tomas lo miro, sus expresiones faciales habían cambiado a una mirada sería, desde hace años el profesor de matemáticas, Iván Buhaje, miraba de manera extraña a su hermanito cosa que no le gustaba.

— ¿No has hablado aún con el sobre ese tema? O ¿Con las maestras? — pregunto Tomas.

— Aún no. Siquiera quiero hacerlo, podría ser que simplemente el no me quiere o que quizás no estoy haciendo las cosas bien. — Tomas sonrió levemente.

— Desde que el te siguió en todas tus redes, siempre veía tus publicaciones, algo debiste haber subido a tu Instagram por eso te mira con ganas de cogerte. — Juan rodó los ojos y Tomás rió, fanático de hacer bromas de ese tipo.

El castaño más bajo había sido un alumno muy querido por las profesoras por su calificación tan alta, siempre participaba en clases y no tenía ausencia alguna en ellas. Fue hasta ahí que entró el nuevo maestro de matemáticas Iván Buhajeruk, un hombre de treinta y cuatro años el cual se caracterizaba por ser formal, serio, vulgar y intimidante, no quería faltarle el respeto a sus compañeras pero, ellas parecían unas regaladas, siempre hablaban de que el profesor estaba guapo o que se veía sexy con esa camisa.
Juan no iba mentirle a nadie ni a su familia, desde que su hermano y el eran gays, se la pasaban peleando por quien se ganaba el amor de cualquier chico en la escuela.

Y bueno...Juan perdió.

Tomas ya tiene una pareja la cual se llama Rodrigo Carrera, un hermoso muchacho de cuerpo afeminado y una edad no muy adecuada para Tomi, dieciséis años siendo que Tomas tiene veinticinco. Mantenían su relación en secreto por ese motivo.

— No hagas chistes de eso, sabes bien que nunca nadie se fijaría en un chico como yo, ya te lo dije muchísimas veces. — dijo con un tono apenado y entristecido, nadie le hablaba desde que entró a la universidad.

— No digas eso, gafas. Ya vas a ver qué encuentras a un chico que te sea de tu tamaño. — se burló Tomas de la estatura de Juan la cual era más bajo que el.

— ¡Cállate pinche poste de luz! Mido 1.67 centímetros y eso me pone contento ya que no soy la familia de un poste como tu. — Tomas, indignado por lo que su hermano le había dicho, decidió no comprarle está vez su tan preciado tesoro.

Latte con galletas.
Ese preciado tesoro se encontraba a dos cuadras de donde ellos estaban, Juan adoraba tomar y comer eso como su media mañana.

— No voy a comprarte nada, puto. —

— Chupa verga, Tom. — Tomas desvío su mirada, al devolverla para perdonar a su hermano por haberle insultado se dió cuenta de que Juan salió corriendo, iniciando una carrera.