IV: El despertar

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El lunes finalmente llegó, después de las clases, en lugar de dirigirme directamente a casa, caminé hacia la casa de mi abuela. Me sentía nerviosa, pero esta vez recordaba el sueño con claridad, por primera vez.

A medida que me acercaba a su casa, las mariposas en mi estómago se agitaban. Había estado entrenando con dedicación, perfeccionando mi técnica de meditación y aprendiendo a comprender mi don. Las flores que mi abuela me había dado seguían emitiendo su suave resplandor en mi habitación, y ahora tenían un significado aún más profundo.

Recordaba cómo mi abuela me había contado historias de nuestra familia, generaciones de mujeres con dones extraordinarios. Me había transmitido que mi don no era una maldición, sino una herencia especial, una conexión única con el mundo de los sueños.

La conversación con mi abuela y su insistencia en que necesitaba más entrenamiento resonaban en mi mente. No estaba segura de lo que significaba "preparar para el lunes", pero estaba dispuesta a descubrirlo.

Una vez en casa de mi abuela, me sorprendió encontrar su salón lleno de inciensos y velas. Había preparado un lugar de meditación, un ambiente que evocaba una sensación de calma y misterio.

Sabía que mi abuela también tenía muchos secretos y conocimientos sobre nuestro don, y ese lugar me hacía sentir aún más conectada a ella y a nuestras raíces familiares.

— ¡Mía, cariño!— exclamó mientras se ponía de pie y avanzaba hacia mí con los brazos abiertos.— Hoy es un día importante.

Dejé mi mochila en el suelo y me acerqué a mi abuela mientras ella aún sostenía mi mano.

—Abuela, no entiendo qué está pasando

Mi abuela asintió con comprensión y me guió hacia el sofá. 
— Siéntate, Mía — me indicó mientras se alejaba, pude ver cómo se dirigía hacia una estantería donde reposaba un gran libro antiguo, cubierto de polvo y desgastado por los años.

Con cuidado, mi abuela tomó el libro y volvió hacia mí. Era un tomo antiguo de tapas de cuero gastado y páginas amarillentas. Me entregó el libro con suavidad.

— Este libro perteneció a tu bisabuela, y es una parte importante de nuestra historia familiar — comenzó a explicar.

Con curiosidad y respeto, abrí el libro y observé las páginas llenas de escritura a mano, ilustraciones y símbolos enigmáticos.

— Mía, querida, ha llegado el momento de que conozcas la historia de nuestra familia— comenzó con un tono solemne. — En generaciones pasadas, hemos sido bendecidos con dones oníricos únicos, regalos que han pasado de generación en generación. Pero cuando tu madre no manifestó ninguno de estos dones, temíamos que nuestra herencia se hubiera perdido

Suspiré y continuó. — Sin embargo, tú, querida, eres especial. Posees un poder que trasciende a todos los que hayamos visto antes en nuestra familia. Ese libro— señaló el antiguo tomo en frente de nosotros
— contiene registros de todos los dones que hemos tenido, pero hay páginas en blanco, un misterio que ha desconcertado a nuestra familia durante mucho tiempo

— ¿Qué son esas páginas en blanco, abuela?— pregunté con curiosidad.

Mi abuela sonrió con ternura antes de responder,

— Mía, las páginas en blanco representan un poder que aún no se ha manifestado

— Pero, entonces, ¿qué significa la oscuridad en mis sueños? Anoche sentí cómo me perseguía, incluso lo noté en mi brazo— pregunté con una mezcla de miedo y curiosidad.

Mi abuela continuó, y sus ojos reflejaban una mezcla de preocupación.

— Mía, lo que está ocurriendo en tus sueños, esa presencia oscura, no es algo simple. Es un antiguo poder que se mantuvo dormido durante generaciones, pero que ahora ha despertado. A lo largo de la historia, los miembros de nuestra familia se unieron para mantenerlo sellado, pero algo ha provocado su resurgimiento

Estas palabras resonaron en mi mente como un trueno lejano.

—¿Y por qué, abuela? ¿Por qué ha despertado ahora?— pregunté con inquietud.

Mi abuela tomó un momento antes de responder.

— No lo sabemos con certeza, Mía, pero creo que la razón eres tú. Tu don, tu fuerza, todo lo que posees, es lo que el mal en tus sueños más teme. Es por eso que hemos estado entrenándote en secreto. Tu poder es la única esperanza que tenemos para enfrentar esta oscuridad

Mis pensamientos se desviaron por un momento, y me sumergí en un pequeño atisbo de autodesprecio. ¿Por qué tenía que ser yo quien lidie con estos sueños extraños? Podría haber sido perfectamente alguien más en la familia, mi madre por ejemplo, pero no, tenía que ser yo, la maestra en atraer la rareza.

Guardianes de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora