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Wonwoo estaba sobre sus manos y rodilla, su peso presionando sobre el colchón mientras veía al más grande hombre que hubiera visto, acunar a Wooyoung en sus brazos. El hombre se veía gentil con su hijo, pero Wonwoo no podía confiar en nadie.

No cuando el psicótico líder de su tribu estaba tras su hijo y él.

—Dámelo —le dijo con una brutalidad que nunca había oído en su voz. Se sorprendió de su determinación, pero Wonwoo se aseguró que su cara mostrara furia, incluso aunque estaba impactado con la vista.

—No lo lastimaré —dijo el hombre, como si tratara de calmar a un hombre loco. Y así era exactamente como Wonwoo se sentía en ese momento mientras veía a Wooyoung sonreírle al alto y corpulento hombre.

—¡Quiero a mi hijo!

—Te lo daré, pero cálmate antes de que asustes al cachorro —el hombre le advirtió suavemente.

¿Cachorro?

«Debe ser un shifter».

Wonwoo estaba ligeramente aliviado de no estar en presencia de un demonio o de un vampiro. Podría manejar a un shifter. Quizás. Por el tamaño del hombre, no estaba cien por ciento seguro.

Rápidamente bajó la vista y vio el brazalete alrededor de su muñeca antes de ver de nuevo a Wooyoung. Si él no estuviera usando esa maldita pieza de metal, sería capaz de desaparecer fuera del cuarto. Pero Shanta se había asegurado de que no fuera a ningún lado a menos que lo hiciera a pie.

De nuevo la urgencia de cortarle la garganta al líder era fuerte mientras veía que el gran shifter se levantaba de la silla y cruzaba el cuarto. Wonwoo retrocedió, manteniendo los ojos en el camino del hombre. —Déjalo en la cama.

El hombre hizo lo que Wonwoo demandó, acomodando suavemente a Wooyoung en los calientes edredones. Cuando el tipo se apartó, Wonwoo se adelantó y tomó a su hijo, presionándolo contra su pecho. —¿Vas a dejar que salgamos de aquí sin lastimarnos?

—No —el hombre contestó. Wonwoo podía sentir la ira subir al borde como un cuchillo atravesando su corazón—. No voy a dejarte salir de aquí, y punto. Está demasiado frío para ti y el cachorro. Ambos necesitan calor, comida y quizás algo de descanso. Además, necesitas protección de quien sea que está tras de ti.

Wonwoo gruñó y se deslizó de la cama, poniéndose de pie con Wooyoung seguro en sus brazos. —No necesito ayuda de nadie. Nadie está tras nosotros.

No podía confiar en nadie. Por lo que sabía, el tipo pudo haberle hablado ya a Shanta. Tenía que salir de aquí antes de que el líder de la tribu se apareciera. No había manera de que permitiera que nadie apartara a Wooyoung de él.

La única persona que Wonwoo había amado y en la que confiaba murió cuando Wooyoung nació. La tribu de los elf de los bosques había cambiado desde la guerra. Había causado que cada hombre cuidara de si mismo. Lo que una vez había sido una orgullosa y noble raza ahora solo consistía en asesinos, traicioneros mentirosos. Wonwoo anhelaba la raza en la que se había criado, pero sabía en su corazón que ya nunca más estarían.

¿Si el líder de su propia tribu quería matarlo para conseguir a Wooyoung, entonces cómo podía confiar en un extraño? Wonwoo quería confiar en alguien, anhelaba dejar de huir, pero era la vida de Wooyoung la que estaba en la línea.

No iba a correr ningún riesgo.

—¿Me detendrás si trato de irme?

—Si.

Wonwoo sostenía a Wooyoung más cerca y veía al hombre frente a él. Tenía mucho jodido valor. El tipo ni siquiera conocía a Wonwoo ni a Wooyoung, y aun así estaba listo para pelear y mantenerlos aquí.

Día de invierno -Meanie/MinWon-Where stories live. Discover now