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Felix gimió mientras se frotaba la cabeza. Su visión estaba nublada, y su cabeza estaba pulsando fuerte en sus oídos.

—Era tiempo de que despertaras.

Felix rodó de la cama en la que estaba acostado, cayendo al duro suelo. Se puso de pie, listo para encargarse de quien estuviera aquí. Estaba desorientando, sintiéndose un poco mareado y su estómago revuelto cuando la necesidad de vomitar lo golpeó duro, pero Felix lograría pelear para salir de ahí.

Para su sorpresa, el tipo parecía indefenso como un maldito gatito. Era un hombre adulto. Podía decirlo por la sombra de la barba en su mentón, pero la inocencia en los ojos del hombre hizo que se relajara, ligeramente.

Las miradas en ocasiones podrían ser decididas.

—¿Quién eres?

—Eso no es importante. Lo importante es que tú y el niño salgan de aquí antes de que Shanta regrese. No todos estamos de acuerdo con lo que ese loco está haciendo.

Felix no estaba seguro de poder confiar en ese tipo, pero ¿qué elección tenía? No sabía dónde estaba ni con lo que estaba tratando. —Si me traicionas, tengo toda una manada entera de lobos que te cazarán y te sacarán las entrañas. —Ni qué mencionar a Hyunjin.

Felix sabía de hecho que su pareja lo estaría buscando en ese momento.

—Sé que no hay razón para que confíes en mí, pero honestamente no te estoy mintiendo. —El hombre se apresuró a la puerta, abriéndola lentamente y asomando la cabeza. Le indicó a Felix que lo siguiera mientras salían del cuarto.

Felix tomó una profunda respiración, rezando por no estar entrando en una trampa.


❄❄❄


Mingyu entró en la hut, su corazón se quebró al ver a Wonwoo arrodillado al lado del cuerpo ensangrentado de Shanta. Un cuchillo en su mano mientras veía al hombre como si nada fuera real.

—¿Wonwoo?

Su pareja sacudió la cabeza, su mano temblaba mientras dejaba caer el cuchillo al suelo. —No me dijo dónde tiene a Wooyoung. Quería drenar a mi hijo, usarlo para ganancias económicas.

Mingyu se aproximó lentamente, pateando el cuchillo y alejándolo de Wonwoo antes de ponerse en cuclillas al lado de su pareja. —¿Estás lastimado, Wonwoo?

Wonwoo levantó la vista hacia Mingyu, sus ojos café chocolate llenos de angustia. —No me dijo en dónde estaba mi hijo —su pareja repitió—. Trató de matarme con ese cuchillo. ―Wonwoo señaló el pedazo ensangrentado de metal que Mingyu había pateado—. No podía dejar que me matara. ¿Quién cuidaría a Wooyoung si muero?

Mingyu sabía que su pareja estaba en shock. Sabía de hecho que Wonwoo nunca había matado a un hombre antes. Su pareja era muy dulce, demasiado amable para matar a alguien. Lentamente jaló a Wonwoo a sus brazos, sosteniéndolo.

—Necesitamos encontrar a Felix y a Wooyoung —Mingyu le recordó.

Mingyu se puso de pie, levantó a Wonwoo y salieron de la hut. No estaba seguro de cómo iba a encontrar a su hijo y a su yerno, pero Mingyu nunca iba a renunciar. Los buscaría hasta su último día, lo haría por Wooyoung y Felix.

Y sabía que Hyunjin también lo haría.

«Hablando de Hyunjin». Su hijo salió corriendo del bosque, gruñendo mientras entraba a la villa. Uno de los elves corrió hacia Mingyu, sus ojos más abiertos cuando Hyunjin comenzó a ir tras él.

Día de invierno -Meanie/MinWon-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora