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BaekHyun estaba destrozado. 

En resumidas cuentas, sentía como si fuera el fin del mundo, lo que era curioso porque conocía a ChanYeol de hace poco, muy poco, pero vaya que todo fue demasiado apasionado y lo que causaba en él era demasiado para su inexperto ser, algo digno de un romance de novela. Buscó consolarse por ese lado, quiso sentirse feliz de haber tenido ese tipo de amorío, aunque, ¿siquiera contaba como una historia de amor? No lo creía y eso lo ponía en un peor estado.

Para rematar, ChanYeol no le dirigía la palabra y evitaba encontrarse con él, BaekHyun quería acercarse, decirle algo, pero no sabía exactamente qué y eso lo lastimaba, porque tampoco era que quisiera hablar para continuar lo que dejaron a medias o tener una suerte de relación, lo que era peor. Aunque ChanYeol sí que lo observaba, mucho, pero no se acercaba y él tampoco estaba dispuesto a ser quien diera el primer paso por diversas razones, así que era lo mejor para todos.

Suponía que dejaría de doler en algún momento. Tarde o temprano, aunque todo apuntaba que iba a ser más tarde que temprano. Lo que era por demás deprimente. No se dirigían la palabra, el ambiente se volvía tan pesado si estaban en el mismo lugar a solo unos cuantos metros de distancia. Era un cobarde, por eso se escondía como tal. Había venido a París a cuidar a HaNeul, acompañar a SeoHyun en su aventura amorosa con ChanYeol, no a robarle al tipo y, por supuesto, no a encerrarse en su habitación como si su vida dependiera de eso.

Por favor, ni siquiera quiso venir aquí en primer lugar. Esto era un desastre de mil maneras diferentes y estuvo llorando como para toda una vida, porque al parecer sí le gustaba ChanYeol, más de lo que había pensado, y le dolía absolutamente todo, hasta respirar.

Dicho suceso le daba rabia, porque, carajo, ¿cómo cayó tan profundo en tan poco tiempo? ¿por qué le dolía tanto la separación y que lo evitara? BaekHyun sabía que era por demás ingenuo creer que ChanYeol iba a rogarle por una oportunidad o algo, entonces estaba más que claro que su breve idilio había llegado a su fin.

En su momento tuvo un presentimiento, una corazonada de que nada bueno saldría de este viaje. Debió escuchar su instinto. Aunque, daba igual a estas alturas del partido, lo hecho, hecho está y al parecer no había manera de repararlo, no sin lastimar a terceros al menos.

Hizo una mueca mientras miraba el techo de su habitación, realmente estaba haciendo nada, solo encerrado en su habitación cuando no estaba con HaNeul. Únicamente se dedicaba a ver el color blanco de las paredes y a pensar en todo, pero sin hacer nada, porque es un cobarde que solo espera volver a Corea lo más rápido posible y fingir que nada había pasado en París, pero sabía que su corazón no volvería a ser el de antes.

Sintió la respiración cortársele cuando la puerta de su habitación sonó. Acomodó sus cabellos con sus dedos lo mejor que pudo, en un intento de lucir presentable, pensó que era el momento de la verdad, ya que su corazón latía con rapidez, sumamente emocionado. Al llegar a la puerta, alisó su camisa; sin embargo, al abrir, intentó ocultar su decepción al no encontrarse con ChanYeol, debió imaginárselo, después de todo el hombre tenía el suficiente orgullo para no buscarlo después del aparatoso rechazo y, de nuevo, BaekHyun no lo culpaba, solo que no esperó ver a SeoHyun ahí.

No quería pensar en ello. Estaba ese gran miedo de que se haya enterado de todo y lo despreciara, estaría acabado de ser así.

—Hey, ¿qué tal? —A pesar de lo amigable de las palabras, ella lo saludó con una sonrisa tensa. BaekHyun también intentó sonreírle, pero solo le salió una mueca.

«Dios, qué incómodo», pensó el doncel mordiéndose sus labios. ¿Qué les había pasado? Él y SeoHyun bromearían y se reirían de cualquier nimiedad en el pasado, pero ahora parecía que la tensión era tanta que ni se podía respirar correctamente.

Dulce Tentación ➳ ChanBaekWhere stories live. Discover now