Epílogo [2/2]

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—¿Cómo me veo? —preguntó el pequeño de rasgos asiáticos con su pequeño conjunto a la moda europea y, como cereza del pastel, su boina.

Era demasiado para solo tener ocho años.

—¡Muy bonito, muy bonito! —respondieron a unísono el trío de empleados.

ChanYeol solo los observaba a esos cuatro a una distancia prudente, recostado en una pared, estaba desconcertado, mas no sorprendido. No realmente. En serio, incluso después de unos años, su hijo seguía siendo el centro de atención de sus empleados y vaya que a pequeño le encantaba que fuera así. Era todo un acaparador.

—¿Qué tan bonito? —preguntó haciéndose el tierno.

—¡Demasiado bonito!

ChanYeol aclaró su garganta, rompiendo la burbuja en la que ellos se encontraban.

—¡Señor!

Quiso reír al verlos rectos y casi sin respirar. Pensar que se trataba del mismo trío que alguna vez le dieron, bajo sus órdenes, un desayuno de lujo a BaekHyun en su afán de impresionarlo cuando apenas lo conoció, que este mismo trío fuera lo más parecido a niñeras personales de su hijo era hilarante y una ironía del destino. Estuvieron desde antes de su nacimiento, desde antes de que comenzara algo con BaekHyun y al parecer, seguirían aquí por un largo tiempo.

—SeYong —llamó a su hijo, quien lo observó con sus ojos brillantes. No lucía sorprendido de ser encontrado en esas actitudes, era algo que aprendió a BaekHyun. Esos dos sabían que eran su punto débil—. ¿Qué es lo que te dije sobre distraer a los empleados?

—¿Me veo bonito, pa? —Lo ignoró deliberadamente mientras batía sus pestañas haciéndose el coqueto, buscando librarse del posible regaño. Malas mañas europeas, su hijo a pesar de ser un cuarto francés, tenía todo el espíritu y varias veces lo escuchó mandar al demonio a Corea.

Tal vez debería mandarlo una temporada allá cuando sea mayor, esto no era normal. Incluso se negaba a hablar en dicho idioma, pero tuvo que hacerlo por BaekHyun y su abuela.

—¡Mi bebé es el más bonito de todos! —dijo esta vez BaekHyun emocionado mientras se acercaba a su primogénito para abrazarlo como solo un portador haría con su hijo—. Mi YongYong es realmente bonito.

ChanYeol suspiró al ver a sus empleados asentir con emoción, dándole la razón a su esposo. Dios mío, esto era demasiado engreimiento, no sabía qué pasaría cuando alguien le dijera no a SeYong, esto tenía que parar.

—¿A qué hora llegarán? —le preguntó a BaekHyun, luego vería el tema de su hijo, ahora había otra cosa que atender.

Aunque, en realidad, no quería, estaba agotado. El doncel acarició su vientre abultado lentamente y sonrió con pesadez. Este embarazo sin duda no era como el primero, de seguro, porque no era tan joven como antes. Ni siquiera le había crecido tanto la barriga.

—Están en camino o al menos eso me dijo SeoHyun. Depende si en el camino se cruzan con una casa de modas —agregó sin ocultar su risita. Había pasado tanto sin verla que estaba contando los minutos literalmente. A LuHan lo veía siempre, porque al poco tiempo vino también por SeHun—. Viene con HaNeul.

Y ahora ChanYeol sí estaba de mal humor.

Él en verdad esperaba que esa niña del demonio no viniera. Ahora solo tenía la ilusa esperanza de que al menos haya cambiado esa horrenda personalidad mimada y que haya superado el hecho de que quien se quedó con BaekHyun fue él y no ella.

Aún recordaba perfectamente que en el aeropuerto entre lágrimas le dijo que nunca le perdonaría el haber apartado a BaekHyun de su lado y luego le arrojó su peluche al rostro en un arranque de ira.

Dulce Tentación ➳ ChanBaekWhere stories live. Discover now