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ChanYeol seguía sin poder creérselo, no del todo, pero tenía a BaekHyun de vuelta y no podía ser más feliz con el hecho de que el doncel estuviera en su habitación por voluntad propia.

Lo vio en lo suyo, acomodando los bocadillos que ordenó. El mayor supuso que otra vez sería la comidilla de sus empleados que ni bien llegaron para atenderlo, no disimularon su sorpresa al ser recibidos por un BaekHyun que los saludó tímidamente, tal vez porque era obvio que habían arreglado todas sus diferencias y ahora todos lo sabrían. Era molesto esto de que no hubiera ni la más mínima discreción respecto a su relación con el niñero, menos el claro favoritismo que le tenían. ChanYeol estaba seguro de que esas malas miradas que recibió durante su mini separación fueron debido a que creyeron que él lo había arruinado con BaekHyun.

Claramente, no fue así. Tampoco los culpaba, suponía que era la costumbre que los hizo creer que fue culpa suya.

Aunque si bien estaban en buenos términos, aún quedaba mucho de qué hablar.

«Pero eso puede esperar», pensó al ver al doncel agachado, haciendo relucir ese encantador culo que tenía.

Ese chico lo tenía prendado con su cuerpo, y maravillado con su ser.

Y no solo él, BaekHyun se había metido a todos en el bolsillo, sus subordinados le guardaban especial afecto a BaekHyun. Durante su distanciamiento algunos ni siquiera le dieron los buenos días y eran cortantes, le daban una reverencia a medias, pero una reverencia al fin y al cabo, porque seguía siendo su jefe y quien pagaba su salario, pero eso no impedía que lo miraran como si fuera lo peor de lo peor. Si eso pasó con sus empleados no quería pensar si sus padres se hubiesen enterado.

Al menos sus progenitores disfrutaban su vejez viajando por el mundo y pocas veces se aparecían por el hotel, lo que era mejor para él, ChanYeol no quería lidiar con ellos. Aparte de que sería de lo más incómodo para BaekHyun. Estaba seguro de que sus padres lo adorarían, pero también estaba seguro de que lo espantarían ni bien abrieran la boca. Si a él mismo lo tenían harto con eso de que se casara, que sentara cabeza, que les diera nietos; en el supuesto de que sus padres conocieran a BaekHyun, con quien apenas empezaba algo y era tan joven para simplemente pensar en algo más como el formar una familia, sus padres lo iban a acorralar para hacerlo prometer que él sería quien dé a luz a la siguiente generación.

Lo que era un problema, ya que ChanYeol no se veía a sí mismo como un hombre de familia. La mera idea lo hacía arrugar la cara del disgusto. No, realmente no.

Y suponía que BaekHyun tampoco quería, es decir, aún era muy joven para pensar en tener su propia familia.

—¿Por qué luces así de perturbado? —preguntó BaekHyun con una sonrisa de por medio. Había estado ocupado organizando las chucherías que no había reparado en ChanYeol y al verlo, se lo encontró como si alguien le hubiera dicho que habían puesto una bomba en su hotel—. ¿Está todo bien?

—Sí, solo estaba pensando en tonterías —respondió no tan seguro. BaekHyun frunció su ceño y se rio entre dientes al oírlo.

—¿Qué tonterías?

ChanYeol hizo una mueca, disgustado, mientras apretaba sus labios en una línea recta. ¿Qué le podía decir? ¿Qué estaba pensado en lo tonto que es la posibilidad de verlos jugar a la familia feliz? Sonaría mal y ya le había pasado antes que al decirlo recibía una bofetada como respuesta. Claro, era BaekHyun, no había comparación con esas otras personas con las que solo pasaba el rato, para comenzar él no estaba jugando con el menor, pero igual podría malinterpretarse sus ceros deseos de darle un anillo o ver a un niño por ahí que tuviera sus rasgos y lo último que necesitaba era eso, volver a estar en malos términos con BaekHyun cuando recién se reconciliaron.

Dulce Tentación ➳ ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora