Merecida disculpa

113 16 141
                                    

—¡Fondo, Fondo, Fondo!.

Se podía oír la voz de Mario mientras Raúl se tomaba la tercera botella entera, algunos otros invitados tomaban divertidos a su lado, para Raúl no se encontraba divirtiéndose tanto, ya que estaba sumamente ebrio para ese momento, dejo caer la botella en el pasto, tambaleando su cuerpo de un lado a otro entre suaves risas.

Se acercó a la mesa y recostó la cabeza, recibiendo algunas risas del resto de personas, incluidas de su compañero, quien se acercó a él dándole palmadas amistosas.

—Tome demasiado... creo que voy a vomitar.

—Laucha, ni se te ocurra —. Siguió con su risa mientras le daba empujones al recién casado, dejándolo sentado en una silla y posicionándose a su lado —. Sabes... te quería decir una cosa, pero me daba paja tener una discusión por esa pelotudez.

—¿Qué pelotudez? No me voy a poner a discutir con vos.

—Solo quería decirte que capaz tenían que hacer terapia vos y tu jermu.

—¿Terapia?, Rosi y yo estamos bien, no necesitamos terapia

—Por lo que me contaste, yo pienso que si, tu relación se va a ir a la mierda si Rosario no arregla sus pedos mentales.

—Ella no tiene "pedos mentales".

—Yo digo que te tiene dependencia emocional, la tipa parece la canción de Mon laferte, ya te sabes, esa que dice... —. No pudo evitar hacer una mueca de molestia al ser interrumpido.

—No quiero escucharte cantar "Pa' donde se fue", me cantas toda la discográfica cada que te drogas —. Un suspiro largo salió de su boca mientras se tambaleaba en su asiento.

—¡Wacho ni cantar dejas!, vos no me interrumpís mis temas, a ver si me entendés cara de huevos de viejo prostituto, ¡lleva a tu novia a terapia a ver si gana un poco de amor propio en vez de esperar hasta tener que romperle la jeta a quien la maltrata!, trolo de mierda, seguro sos fan de Bad bunny, vende orto —. Se dio la vuelta indignado alejándose de Raúl.

—¿Qué?.

Raúl se levantó entre los temblores y el mareo de su cuerpo, no sabía que Mario se ponía así por su música, suspiro y camino como pudo hasta Rosario, la mujer estaba sentada junto a su amiga, ambas acariciaban al gatito, Rosario pudo sentir como el gato era arrebatado de sus manos, siendo entregado a su acompañante, teniendo posteriormente a Raúl sentado en su regazo entre temblores y tambaleos.

Shirley se sonrojó y camino lejos de ellos mientras Rosario reía por su reacción, la esposa dio besos en su cabeza de manera cariñosa hasta que sintió el olor claro de alcohol, trato de levantar la cabeza del hombre que se esforzaba por esconderla entre sus pechos, trataba de ser seria, pero era inevitable reír ante el comportamiento mimoso de Raúl, era difícil no compararlo con un cachorro necesitado de amor

—¿Estás borracho? Realmente no tenés diferencia conmigo de cuando estás borracho, solo te pones cariñoso —. Tiro suavemente de sus mejillas mientras Raúl mantenía sus ojos cerrados.

—Te quería preguntar si después de bailar podíamos ir a coger en casa —. Abrió un poco los ojos notando el sonrojo leve en ambas mejillas de su esposa quien estaba más que sorprendida.

—No esperaba esa petición, pero no me molestaría escaparme de mi propia boda... bien, pero luego de bailar y más te vale que se te haya bajado el alcohol, no se la meto a los borrachos —. Le dio una suave palmada bajándolo de su regazo, riendo al ver como se quejaba por lo bajo.

—Está bien... —. Suspiro al acabar de estirarse, le dio un suave beso en la mejilla al mismo tiempo que un fuerte abrazo —. Déjame hacer algo antes de eso, voy a hablar con alguien.

RarosWo Geschichten leben. Entdecke jetzt