Pequeño Mario

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Lo único que no es narrado por Mario son los diálogos, por lo que el resto jamás escucharon estos, solo un resumen
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"Nací en Buenos Aires, mis viejos era unos adolescentes que parecían ignorar que existían los forros, y lastimosamente el aborto, así que cuando nací termine en una familia disfuncional de tontos que no estaban listo para que un pibe cayera en sus vidas, sinceramente parecía un wacho.

Al principio fue difícil, a penas me prestaban atención, más de una vez se les olvidaba darme de comer, no eran malos, solo no les importaba lo suficiente mi vida, eran unos vagos, la cosa no mejoro del todo, vivíamos en una casa re, chica y mi papá trabajaba cuando quería, igual con las condiciones de mierda en las que estábamos, en mi cumpleaños de dos años anunciaron que tendrían otro bebé, mi hermanita Kaya Natalia.

Obvió que no lo cuidaron, desde que mi hermana cumplió el primer año se volvió casi totalmente mi responsabilidad, tuve que hacerme cargo de cuidarla en todos los sentidos, y ese fue solo el comienzo, esos tenían hijos como conejos, como habían tantos bebés no tenían el tiempo para llevarme a la escuela, así que desde los seis iba yo solo, sé que suena exagerado, pero era lo que era.

Ese barrio igual era un re peligro, más de una vez habían entrado a robar a mi casa, así que tenía un escondite especial donde pasaba el tiempo con mi hermana, y a veces con el resto de mis hermanos, supongo que tenía una pequeña preferencia por Natalia, se sentía bien saber que en algún momento tendría alguien para entenderme.

Las cosas iban un poco mejor, la escuela se me hacía fácil, tenía notas bastante decentes, pero un día al volver de la escuela hice un pequeño recuento de mis hermanos, al toque me di cuenta de que uno de ellos no estaba, el resto solo dijo que había salido a comprar, lo busque en toda la casa, lo busque por todo el barrio ignorando que era peligroso vagar por este lugar con mis 9 años, llore, pedí ayuda a mis padres, me ignoraron hasta que acabó su novela.

Dos días después lo... l... Lo dieron por muerto... con eso me entró un miedo horrible a que mis hermanos salieran, así que llegaba tarde o hasta faltaba a clases con tal de poder mantener a mis seres queridos fuera de la calle si yo no estaba con ellos, por parte me sentía muy asustado de tener que estar en un entierro donde ni siquiera mis padres habían asistido.

Mis notas no estaban bajando mucho, ya estaba por terminar la secu, si lo hacía podía conseguir un buen laburo, pero de alguna maldita manera volvió a pasar, un accidente eléctrico con uno de los pequeños mientras yo no estaba... S... S... Se para la mierda, mis padres faltando a otro funeral de los que eran culpables no era extraño, toda la culpa de no haber hecho algo por una segunda vez me pego como balde de agua fría"

—Mario, ¿estás bien? —. Pregunto Shirley acariciándole el hombro suavemente.

—¡Obvio!, ni me afecto tanto, todo piola, perfecto, todo bien —. Soltó una risa nerviosa y suspiro.

"Deje totalmente la escuela, mis sueños, todo lo que podía servir para vivir por mi cuenta, para alejarme de ese ambiente. Pasaba el tiempo con ellos, no los soltaba, nunca estaban solos, incluso cuando decían querer privacidad me sentaba cerca de ellos por el miedo a que algo les pudiera pasar, Kaya se llevaba la peor parte, a pesar de ser casi una adulta no la dejaba salir, no amigos, no fiestas, totales limitaciones.

Con el tiempo me di cuenta de que ella podía de alguna manera ayudarme, nuestros padres a penas nos daban otra cosa que no fuera comida, si quería darle lo necesario a mis hermanitos tenía que conseguir trabajos, algo complicado porque no había terminado la secundaria, todo era una porquería, la paga era baja, hasta si trabajaba de más, pero valía la pena si mis hermanos vivían un poco mejor."

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