"ELLA ES MI DESTRUCCIÓN, MI DEBILIDAD, POR ELLA SOY CAPAZ DE OCASIONAR EL FIN DEL MUNDO, PORQUE ELLA ES MIA Y SOLO MIA, SI ALGUIEN LA TOCA SE ENFRENTARA AL MISMÍSIMO LUCIFER."
Una historia donde el amor, el deseo y el delito se verán juntos, donde n...
Entramos a la habitación, era muy linda, tenía decorados muy padres y se sentía una vibra bonita.
"Bien.. arréglate porqué te voy a llevar a comer a un restaurante, la comida es muy buena." Soltó Tom abriendo su maleta."Cómo tú.." Habló bajo, mientras sacaba un par de ropa.
"¿Qué?" Pregunté entre risas nerviosas, sabía lo que dijo, solo quería ver si se atrevía a volver a decirlo.
"Que estás bien linda." Habló volteando a verme, con una sonrisa de lado.
Solté una risa seca, pues este no sé atrevió a repetir lo que dijo, fue extraño, el siempre era directo y honesto, más con los piropos que siempre me daba.
(...)
Después de una hora, Tom y yo estábamos listos, ya habíamos guardado nuestra ropa, nos quedaríamos otros 2 días en París, no podía creer que nuestra luna de miel se paso tan rápido, ame cada minuto con Tom, este viaje nos sirvió mucho para volver a empezar, a pesar de que Tom no tenga un trabajo honesto y sea algo manipulador, lo amaba, lo que tanto temía y evitaba se cumplió, estaba completamente enamorada de él.
Me puse un vestido corto, de tela un poco gruesa, era amarillo y tenía estampados de margaritas, mi cabello lo deje suelto, solo lo decore con una diadema blanca, unas zapatillas blancas y unos pequeños guantes blancos. Tom se puso una camisa larga negra, un saco negro y partes de este azul marino, unos pantalones de mezclilla holgados y unos tenis blancos.
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Llegamos al restaurante, era muy lindo, tenía muchas plantitas y casi todo era blanco con decorados dorados, nos sentamos en una de las mesas que estaban el la alcoba, de esta de podía observar muy bien la Torre Eiffel, el día era soleado, se podían ver algunas calles y carros pasar en estás. Había mucha gente, pero Tom apartó esa mesa mucho antes al parecer, pues todo mundo quería sentarse en la alcoba, está solo tenía 3 mesas, las dos estaban ya ocupadas por parejas.
Tom quitó mi silla para poder sentarme en esta, después regresó a su lugar.
"Bienvenue à Le vente d' Armor." Habló el mesero que estaba a enfrente de la mesa.
Lo mire pues habló algo raro, este vestía muy elegante, con un smoking, el pelo parecía bañado en gel y tenía un bigote muy peculiar.
"Bienvenidos a El viento de la armadura, eso dijo." Soltó Tom bajo, mirándome.
"¿El viento de la armadura?" Pregunté arrugando mis cejas, mientras miraba a Tom confundida.
"Así se llama el restaurante." Contestó volteando a ver al mesero.
"Je vous donne les menus, plus tard je viendrai demander votre commande." Habló el mesero dejando dos menús en la mesa, después se marchó.
