HeeSeung siempre estuvo decidido a ocultar sus emociones detrás de una calida sonrisa siempre y cuando SungHoon estuviera a su lado.
O donde SungHoon tenía problemas mentales como un apego irracional a su sonrisa y le obligaba a sonreír hasta en mom...
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"Estás incluso más bello que la última vez que te vi"
Ok, las palabras tan directas del Alfa frente a el le resultaron más que algo extraño, fue grandemente incómodo para HeeSeung, como un agobio para alimentar lo pesimista que estaba corriendo su día.
Soltó una pequeña risa para disimular lo que realmente estaba sintiendo, ybajo la cabeza avergonzado con las palabras del tipo, fue un comentario inocente, coqueto y halagador sin embargo HeeSeung tuvo ese increíble deseo de poder haber escuchado esas palabras de SungHoon y no de un chico que apenas y conocía.
Jay se movió a el un poco más rápido, se veía un poco cansado y que había salido de la universidad en busca de un libro, HeeSeung no quería quedarse más tiempo, a pesar de que sus comentarios fueran directos y encantadores para el eran palabras un poco incomodas, sobre todo viniendo de un chico como Jay, que parecía ser amable y sobre todo una buena persona, no lo conocía pero realmente parecía ser una gran persona, y creer que ese hombre desarrollo sentimientos por el al verse una sola vez era aterrador.
No pudo evitar pensar que ese tipo era un enamoradizo total o simplemente estaba un poco loco.
-Dejame invitarte un café, por favor.
Pidió el Alfa, sacando al menor de su nube de sueños en los que SungHoon empezaba a aparecer cada vez más.
HeeSeung miro a Jay a los ojos, suspiro largo y pesado y, con una sonrisa suave y liviana termino por soltar las palabras que sabía romperían el corazón del mayor.
-Lo lamento, pero tengo una cita con mi novio y voy tarde, -miente, tratando de evadir la invitación del mayor, el brillo en los ojos de Jay no desapareció ni un segundo- te agradezco pero ya me tengo que ir, fue un gusto volver a verte.
Jay mordió su labio y jugueteo un poco con la chamarra que llevaba puesta, estaba un poco desgastada y parecía vieja ya que le quedaba un poco pequeña de los brazos y la cintura, tal vez también era imposible que aún le cerrará o que fuera acogedora.
-Al menos... ¿Podrías decirme tu nombre o darme tu número de teléfono? -insiste, tratando de contener la compostura- de verdad eso me encantaría, poder conocernos.
El menor abrió la boca levemente, en su teléfono habían únicamente cuatro contactos, los teléfonos de su familia y, a duras penas pudo lograr agregar a escondidas de su padre el número telefónico de SungHoon, su padre enfurecida mucho cuando hablaba con gente con la que no debía, y revisaba su celular cada semana, aunque le dijera que si simplemente hacer eso lo condenaría.
-Yo... -empezó, de sus labios costaba tanto decir una mentira, no podía, simplemente eso era imposible- mi padre no me lo permite, aunque te dijera que si no podría dártelo, lo siento de verdad.
Iso una pequeña reverencia y se dio la vuelta como si nada, con el cuerpo temblando y las piernas apresuradas, solo quería alejarse un poco de las personas que los miraban a ambos como si fueran quien sabe que cosa, y tal vez seguramente Sunoo también los había visto, bueno, era lo más probable entre lo que acababa de pesar, un Omega rechazando discretamente a los sentimientos obvios de un Alfa.
