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El amanecer fue casi un completo desastre, Wonyuong llegó a su casa agotada y algo parecido al cansancio mental de la noche, su esposo abrió la puerta para ella y en cuanto puso un pie en la casa sintió ese golpe duro que le dio el peso de los err...

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El amanecer fue casi un completo desastre, Wonyuong llegó a su casa agotada y algo parecido al cansancio mental de la noche, su esposo abrió la puerta para ella y en cuanto puso un pie en la casa sintió ese golpe duro que le dio el peso de los errores que permitió, tal vez, el peso de lo que su pequeño cachorrito SungHoon había provocado al encontrar la cura de su transtorno.

Wonyuong no iba a negarlo, cuando se enteró de la enfermedad de su hijo sintió un increíble deseo de poder cuidarlo y protegerlo de quien fuera y lo que fuera, SungHoon era alguien destinado a ser inestable e indeciso, alguien sin sentimientos concisos o incluso alguien capaz de controlar lo que podía demostrar y dar a una persona, y fue por esa razón por la cual decidió tener a SungHoon después del abandono de su primer esposo, después de todo algo en ella decía que algo como eso pasaría si tenía a su hijo dentro de un círculo lleno de traición y frialdad, aquella falta de sentimientos en su entorno en los primeros años de su vida llevaron a SungHoon a ello, y por más amor que Woonyuong tratara de darle nada impediría el destino que fue escrito para su hijo.

Oh eso pensó

Hasta la llegada de Lee HeeSeung, y trajo consigo una cura que nisiquiera el mejor psiquiatra del país pudo encontrar para SungHoon.

Lee HeeSeung trajo su sonrisa y su escencia.

...Trajo su alma para SungHoon...

—SungHoon, Jay —llamo al mismo tiempo desde la cocina, dejo su bolso en una mesa y al no recibir respuesta se giro a Jeongin, su esposo, de igual manera, frunció el ceño ante el silencio— ¡SungHoon, Jay!

Volvió a exclamar, y, nuevamente, la respuesta fue el silencio.

Woonyuong sintió un poco su alma helada, no había podido avisarle a sus hijos que se quedaría en la casa Choi para cuidar a JungWon en la noche, quien entre lágrimas aferrado en un abrazo a su Alfa  le había pedido en la mañana que lo dejara quedarse con Soobin, al menos hasta el día siguiente, ella lo había visto un poco inusual, JungWon aseguraba que WooSeok no le había hecho nada sin embargo quería estar lo más lejos posible de casa, quizás eran los problemas o el hecho de que realmente se encontraban habitando dos familias en esa casa.

Estaba la familia de SungHoon, así que tal vez su hijo y su Omega habían salido a pie hacia la casa de los abuelos maternos de Hoon para recoger a sus cachorros.

Si, eso debía ser.

Mientras subía las escaleras un inmerso aroma dulce la golpeaba, en el pasillo había felices feromas características donde resaltaba el aroma a vainilla junto un toque de alcohol.

—Estas son... —empezo Jeongin, caminando a la par de ella— son feromas de sexo.

Declaro, por fin, ambos se miraron a los ojos y suspiraron profundamente.

—Es...es el aroma de ellos, y el alcohol...si son ellos...

Al escuchar a su esposo la mujer no tardó en correr hacia la habitación de SungHoon, la puerta estaba cerrada con llave y claramente ello solo la llegó a desesperarse con grandeza, empezó a jalar de la manija, gimoteando y con lágrimas en los ojos, su Alfa le tocó el hombro, la alejo con cuidado de la puerta y empezó a patear la puerta, sin embargo eso tampoco fue de tanta ayuda.

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