HeeSeung siempre estuvo decidido a ocultar sus emociones detrás de una calida sonrisa siempre y cuando SungHoon estuviera a su lado.
O donde SungHoon tenía problemas mentales como un apego irracional a su sonrisa y le obligaba a sonreír hasta en mom...
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Al llegar a casa se despidió de Niki con un abrazo y subió a HeeSeung con su abrigo, tal vez solo sarian unos cuantos pasos hacia la puerta pero hacia mucho frío y no quería que su Omega enfermara, HeeSeung era suyo sensible y frágil, debía cuidarlo como diera lugar. Al tocar el timbre el mayor se escondió detrás de el.
-Tranquilo, nadie aquí muerde -dijo entre risas, sin poder evitar tomar ternura ante tal acto-
-Conocere a tu familia y tengo un aspecto horrible...
SungHoon suspiro.
-Tu estás perfecto, HeeSeung, siempre lo estás.
La puerta se abrió de golpe, el pequeño Wom salió, vestido con una ropa diferente de la de la mañana, SungHoon de verdad que se sorprendía de su hermano menor.
-SungHoon Hyung!, llegó pronto! -exclamo JungWon, con una pequeña mueca- ¿Le fue bien?.
SungHoon negó con la cabeza, y, en un rápido movimiento se iso a un lado dejando ver la silueta delgada de HeeSeung, quien tenía un rastro de lágrimas en los ojos hinchados, sus pupilas estaban dilatadas y sus orbes rojos, incluso su cabello estaba levemente desordenado y su traje se encontraba arrugado por haberlo presionado.
-Hola Wonie... -susurro HeeSeung, casi inaudible-
JungWon abrió levemente los labios.
-Oh...
En cuanto menos lo notaron SungHoon ya estaba sentando en la mesa junto a HeeSeung esperando a que sus padres bajarán después de que el pequeño Won les hablara, el Omega escaneaba con la muestra toda la casa, sorprendido por su limitado espacio y lo acogedor que se veía, esa casa era pequeña, brillante y cómoda, muy diferente a esa cárcel enorme donde solía vivir hasta hace solo unas horas. Pudo ver con claridad también que la mesa era la misma cocina y no era tan amplia, solo lo suficiente para seis personas, no más, de hecho incluso se permitía decir que era cálida.
Sonrió levemente, mirando a SungHoon dirigirse a el con un vaso con agua.
-Gracias... -dijo, sintiendo como su Alfa acariciaba sus mejillas y besaba sus labios- lamento que estés pasando por esto, nada hubiera pasado si no fuera por mi...
SungHoon sonrió, y, con confianza volvió a besarlo.
-Sabes que te amo, y siempre estaré aquí para ti, no importa que sea yo enfrentare todo junto a ti. Además...estoy seguro de que mis padres quedarán encantados contigo.
HeeSeung sonrió, sujetando su cuello y acercándolo para besar su mejilla, al separarse pudo ver a dos hombres bajar de las escaleras y acercarse a ellos, el hombre estaba un poco adormilado y tallaba sus ojos con suavidad, detrás de el venía una Omega alta y delgada, la mujer era más que hermosa, una completa diosa, el retrato vivo de SungHoon femenino, HeeSeung se heló al tenerla frente a el.
