I need to be Here [Jikook] Actualización inesperada, cuando mi cerebro fluye 😭

🍁Capítulo 27

El jardín se iluminó de repente junto con el eco de la cachetada que se escuchó como un estruendo, segundos después el sonido de un rayo más el abrir abrupto de una de las ventanas no logró distraer ni un segundo al señor Park, quien por sobre todo estaba sumergido en horror y vergüenza

- Es suficiente. - dijo Jimin tomando de su mejilla consternado a tal desfachatez proveniente de su padre a quien se le enfrentó ante la presencia de dos criados y su madre. - A mis treinta y seis años no voy a permitirte esto, menos a ti. - En estado de euforia y molestia fue capaz de contemplar como uno de los empleados corría a cerrar una de las ventanas que permitió ver cómo en cuestión de segundos el hermoso jardín se empapaba de lluvia, rompiendo así el silencio incómodo en la gran sala de lujo moderno y alfombras antiguas algo que sin duda difería con la decoración. - Mañana buscaré un lugar donde irme, no puedo continuar más aquí. - miró a su madre quien absorta negaba con la cabeza y estaba a punto de llorar, aquella hizo el intento de acercarse, pero Jimin la detuvo a tiempo con su mano. - ¿También sabías? - preguntó.

- ¿Qué? ¿A qué te refieres? - respondió con una pregunta, totalmente desconcertada.

- Jimin si es lo que creo que es, ella no lo sabe. - Hizo el ademán de acercarse, pero se plantó donde estaba en cuanto su hijo le lanzó una mirada lo suficientemente evidente para detener su andar.

- No te creo, tienes que habérselo dicho, si no es antes, al menos ahora. - Su respiración agitada denotaba claramente descontrol, parecía incluso haber estado en una maratón. - ¿Lo sabías o no?

- No sé de qué hablas hijo, sé...más claro. - El señor Park se interpuso entre ellos y se dirigió a Jimin.

- Vete ahora, haz abandonado a tu hija gran parte del dia por estar con ese homosexual. - Jimin apretó los puños estaba a punto de pegarle a su padre pero siguió de largo y subió las largas escaleras.

- En serio es suficiente, no... permaneceré más tiempo en esta casa y pregúntale a papá porque me mantuvo en Estados Unidos, pregúntale por qué nunca llamó para decirme que estaba sano y no enfermo como lo creí por diez años.

-¿Es eso verdad? - miró a su esposo con lágrimas en los ojos, no podía creer que su esposo fuera capaz de hacer algo tan inescrupuloso y mustio. - ¿Tú... tú sabías que nuestro hijo estaba sano y nunca me lo dijiste?

- Mujer, ¿Qué podía hacer? Si... si tan solo yo hubiera dicho la verdad... - bajó la mirada, pero no era un signo de arrepentimiento, quizás vergüenza por ser descubierto. - ... No hubiera nacido Sa-Jim y... y Jimin no hubiera hecho lo que le gusta. - tomó de los hombros a su esposa, su hablar denotaba desesperación y escupió saliva entre sus palabras. - El hubiera venido y hubiera buscado al hijo de Min-Su, eso... eso hubiera sido una desgracia en nuestra familia ¿te lo imaginas?

Ji Young negó con la cabeza repetidas veces, su actuar era sin duda de incredulidad, era consciente de que su esposo era idóneo para urdir cualquier situación en su beneficio, pero...¿ a costa de qué y de quien?

- Yo... yo hubiera querido solamente que mi hijo estuviera sano y salvo sin importar a quien amaba, pero tú ... - señaló a su esposo, se atrevió a hacerlo... - haz puesto por encima el apellido de los Park sin importarte cuanto Jimin o yo sufriamos por ver correr el tiempo. - se dio la vuelta, caminó y tropezó en el intento de huir del lugar en donde yacía su esposo de manera deplorable, tirada en el suelo le dio un último vistazo a su esposo mientras era ayudada por uno de sus empleados. - Gracias Anton, estoy bien. - se incorporó, acomodó sus ropas y subió las escalera con sumo cuidado.

🍁🍁🍁

Jungkook ingreso a su apartamento, eran las seis de la tarde, la luz tenue de la sala le hacían saber que su madre se hallaba ahí, así que caminó sigiloso y la ausencia de calzado ayudó con su objetivo, para cuando asomó su cuerpo en aquel espacio de cuarenta metros cuadrados Eun-Ji lo miraba y ninguno dijo nada, la mirada de ambos fue extraña, sobre todo porque el silencio contribuía a que el encuentro fuera totalmente incomodo.