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Danielle observaba desde el borde de la piscina como Haerin hablaba animosa con el mismo grupo de chicos con quienes estaba antes, solo que ahora también se encontraba allí la chica de pelo rojo.

A su lado estaban Hanni y Hyein hablando de algo que no llegaba a prestarle la suficiente atención como para comprender.

Sus ojos no podían abandonar a la irritable niña de ojos gatunos que no dejaba de reírse como estúpida bebiendo de su vaso.

—¡Dani! —Hanni pasó su mano sobre la cara de ella, llamando su atención—. Despierta, chica.

—¿Qué pasa? —cuestionó, volteándose a las otras.

—¿Quieres meterte a la piscina?

—¿Pero cómo? No tengo bikini.

—Eso es lo que Hyein nos estaba diciendo —rodó los ojos—. Haerin tiene varios que nos podría prestar.

—¿Haerin realmente me prestaría algo? —cuestionó Danielle, esta vez mirando a la menor. Kang la odiaba, ¿por qué haría algo como eso?

—Bueno... no sé si te prestaría uno a ti en especial, pero me dijo que podía prestarle a quien yo quisiera siempre y cuando los devolvieran, así que...

Danielle sonrío asintiendo, sería gracioso ver la reacción de la de ojos gatunos al utilizar su ropa.

—Está bien —aceptó la australiana, parándose para seguir a Hyein, quien entró a la casa y pronto subieron las escaleras para dirigirse a la habitación de Haerin.

***

Danielle entró al agua con lentitud, disfrutando de algunos ojos que se posaban en ella. Estaba sola, pues Hyein al final decidió que no quería meterse y Hanni fue acorralada por Minji en cuanto bajaron nuevamente.

Escuchó unos silbidos coquetos y con eso logró captar la atención de Haerin, quien había volteado hacia ella con las cejas fruncidas. Yunjin a su lado le lanzó una mirada de arriba hacia abajo y Haerin le golpeó el brazo, molesta por aquello. Danielle rió burlesca, casi triunfadora.

Una vez con el agua hasta la mitad de sus pechos, caminó lento hacia la surcoreana, quien parecía tener fuego en los ojos.

—¿Qué haces con mi bikini? —soltó con veneno.

Dani fue acercándose, quizás demasiado, a ella. Su sonrisa ladina estuvo pronto a unos centímetros de los labios de Haerin y eso hizo la piel de ambas ponerse de gallina.

—Lo vi, me gustó y me lo quedé —molestó, manteniendo la mirada en alto.

Eso parecía una lucha de poder.

—Hija de-

La mano de la australiana fue rápidamente a su boca, tapando sus labios, mientras se acercaba al oído de la niña.

—Eh, sin groserías, niñita. Soy tu Unnie, por si se te olvidaba —susurró, sintiendo unas extrañas ganas de pegarse aún más a Haerin.

La menor tragó seco, algo desconcertada, probablemente por la cantidad de alcohol en su cuerpo. Pero pronto se compuso, quitando con rapidez la mano de la otra de su boca, apretando los labios.

—¡No me vuelvas a tocar! —se alejó por completo, intentando parecer furiosa.

—¡Ya, chicas! No discutan, estamos en una fiesta pasándola bien, ¿por qué no seguimos tomando? —intervino Niki, acercándose a ambas con otros chicos más.

Haerin le dio una última mirada seria a Danielle antes de prestarle atención al muchacho.

—Papá me trajo algo muy especial de Rusia... ¡Sunghoon, pásame la botella! —el aludido hizo lo pedido, yendo hasta la orilla de la piscina para alcanzar el objeto solicitado.

Heterocuriosa (al peo) | Daerin AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora