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El profesor Lee se presenta a la clase, como todos los días.

Danielle está en los asientos de adelante, lo más alejada de Kang posible, quien mira al maestro desde los pupitres de atrás.

Las chicas no han hablado desde el debate, Danielle se mantiene lo más alejada posible y Haerin no hace intento alguno de acercarse.

La mayor sabe que en algún punto volverá a sentarse con Hyein y Minji, tirar comentarios molestos a Haerin y comenzar con sus ridículos insultos de niña de jardín, pero por ahora prefiere mantener distancia, olvidarse de lo que pasó y relajarse.

Danielle Marsh es buena ignorando ciertos pensamientos cuando quiere.

—Ayer no pude evaluar el debate pues... se alargó un poco —dice, rascando su cabeza y algunas risitas se oyen. Danielle se encoge con incomodidad en la silla—. Pero hoy les pediré a los jueces que voten y yo también lo haré.

Sin más, el hombre les entregó a sus alumnos un pequeño pedazo de papel -obvio no a Danielle, Haerin y sus respectivos grupos- para que anotasen allí quién creían que lo hizo mejor.

El conteo inicia y ambas muchachas se sienten nerviosas. Aunque hayan tenido un desliz, realmente se esforzaron y deseaban ganar. Además de que sabían perfectamente que la perdedora recibiría muchas burlas de la ganadora.

Un chico comenzó a leer los papeles.

—En contra —el primero—. A favor —el segundo—. A favor —Danielle apretó los dientes—. A favor —Haerin mordió sus labios evitando sonreír—. En contra... en contra —empatadas, estaban empatadas y ni iban por la mitad de votos.

Haerin apretó su celular entre sus manos hasta que los dedos se le pusieran blancos.

Quedaban dos votos, seguían empate.

—A favor.

¡Bien! El último decía a favor y Haerin ganaba.

Sonrió con esperanza.

—...En contra.

—¡¿Empate?! —gritaron las dos chicas, incrédulas.

Sus ojos se encontraron, ambas con el ceño fruncido, Danielle gruñó, rompiendo con el contacto visual y Haerin rodó los ojos.

—Eso es correcto... —anunció Lee, luego de haber revisado los papelitos.

Efectivamente, era un empate.

—¡Eso no puede ser! —reclamó Marsh.

—Señorita Danielle, así lo indican los votos.

—¡Claramente tuve que haber ganado yo, señor Lee! ¡Lo sabe! —desde atrás Haerin se apunta a sí misma.

—¡¿Qué te crees, enana?! —el contacto visual vuelve, ahora en llamas.

—¡Danielle, Haerin, deténganse! —es la primera vez que el profesor Lee eleva la voz, por lo que todos guardan silencio, sorprendidos—. ¡Ayer casi tuve que interrumpir el debate por ustedes! ¿Acaso no piensan en sus compañeros? A ellos les hubiera afectado de todas maneras si les bajaba la nota por insultarse frente mío, peor, en un debate escolar —estaba enderezado y serio, luego de muchos años dando clases en esa escuela.

—Lo lamento, señor Lee. No volverá a pasar... —Haerin fue la primera en hablar, avergonzada.

—Sí, perdón... Mientras la enanita no siga diciendo estupideces-

—¡Marsh! ¡¿No puedes mantener la boca cerrada por cinco minutos?! ¡Además medimos casi lo mismo!

Todo se había vuelto a salir de control. Danielle ahora volteada hacia su rival, alzando las manos y soltando más groserías, los cuales claramente tenían una respuesta por parte de Haerin.

Heterocuriosa (al peo) | Daerin AUWhere stories live. Discover now