30

3.3K 282 317
                                    

—Hemos llegado —anuncia Danielle al volante.

Minji había insistido en manejar, pero la rulienta no cedió porque eso dificultaría su plan.

Comenzaron a bajarse del auto, Minji y Hanni con sus bolsos en mano sin notar que ninguna de las otras lo había bajado.

Las mayores no sabían que luego de su cita (forzada) se irían a una cabaña, por lo que solo tenían unas pequeñas mochilas colgando de sus hombros.

Haerin y Hyein se encargaron de, en secreto, pedirle permiso a los señores Kim para pasar el fin de semana en la playa (por supuesto, avisando que para Minji sería una sorpresa) y de hacer el bolso de su amiga. Para Hanni, fue Danielle quien habló con los señores Pham.

La vietnamita estaba emocionada por estar en ese lugar, había empacado su mejor bikini y su bronceador favorito, por lo que se fue corriendo a instalarse en la arena una vez salió del carro.

—Minji, mira lo que traje —Haerin sacó del maletero una pelota de volleyball, viendo los ojos de la mayor iluminarse.

Ella adoraba jugar deportes en la playa.

—¡Tíramela! ¡Tíramela! —pidió, avanzando hasta llegar a la arena, esperando con los brazos extendidos para recibir el saque de Haerin.

Pero en un instante, Haerin le pasó la pelota a Hyein, quien al ser más alta y grande, tenía más fuerza, por lo que pudo lanzar el objeto bastante lejos. Y mientras Hanni estiraba su toalla y Minji corría por el balón las menores se subieron rápidamente otra vez y Danielle aceleró, largándose de allí.

Pasaron cinco minutos hasta que Minji se percató de que desaparecieron, y otros cinco más para que se acercara a Hanni.

—No se pudieron haber ido. ¿Segura que no fueron a estacionar el auto?

Minji iba a responder, mas una llamada comenzó a sonar en su bolsillo.

—¿Dani? ¿Dónde están?

Ponme en voz alta, que Hanni también me oiga —Kim frunció en ceño confundida, pero aún así hizo lo que le pidieron—. Chicas... —se oyeron las risitas de las demás por la línea y a una Dani pidiendo silencio—, nos hemos ido de ahí. Pasaremos por ustedes en unas horas, pero deben prometernos que tendrán una cita.

—¡¿Qué?!

Lo siguiente que pasó fue tener a una Hanni enojadísima, avergonzada e incrédula discutiendo con Danielle, Hyein y Haerin, quienes reían orgullosas de su plan que salió muy bien. Minji también se molestó en un principio por ser engañada, pero luego de analizar la situación, definitivamente se alegró y agradeció internamente a sus amigas. La vietnamita se negó una media hora, diciendo que ella no tendría una cita con nadie, pero cuando el sol se veía bajando de a poco, las dos ya estaban sentadas en sus toallas hablando y riendo, comiendo unos bocadillos que Haerin se había asegurado de guardar en los bolsillos de Minji sin que esta lo notase.

—Así que, ¿crees que me aceptarías un beso? —cuestionó una coqueta azabache, acercándose lo suficiente para poner a Hanni nerviosa.

—No —bufó, girando su cabeza hacia las olas, pero el rubor en sus mejillas la delataron y la otra sonrió.

—Por favor... —hizo un puchero y giró su mentón para quedar frente a frente.

Hanni rodó los ojos molesta consigo misma porque sabía en el fondo que no se podría resistir a Minji.

—Uno solo —dijo y la besó.

Uno solo no fue; terminaron haciendo el amor en la playa vacía que se sentía mágica con todos esos colores en el cielo y el sonido de las olas reventando en la orilla.

Heterocuriosa (al peo) | Daerin AUWhere stories live. Discover now