Capítulo 34

3.3K 360 82
                                    

FRANCESCA

—Así que te vas una semana de descanso —comenta mi psicólogo.

Él ha venido durante las dos semanas que he estado internada en el área médica de la BSGI. Es bastante difícil ser constante con las sesiones de terapia si puedes estar semanas en una misión fuera del país o castigada en un bunker de metal.

Según me dice, el daño psicológico que dejan algunos castigos en este lugar es algo que como profesional le es bastante frustrante ya que trabaja para la misma institución que nos lastima, pero su rol es tratar de mantenernos estables mentalmente y ayudarnos a superar nuestros traumas que vienen de años y los que adquirimos aquí.

El tema de los medicamentos es bastante complicado ya que debo ser constante y lo estaba siendo, pero me encerraron y todo se fue a la mierda. Lo mismo que con mi anemia, mi deficiencia de hierro les preocupa a los doctores encargados de las otras áreas y así con cada parte de mi cuerpo, pero están trabajando en eso.

Me obligaron a tener dos semanas de reposo en este lugar, pero hoy podré ir a casa luego de poco más de un mes sin ver a mis hijos y es lo que más quiero, irme, pero este hombre no me deja hacerlo pronto ya que insiste en que le hable de cosas...

—Si, no me dieron el alta del todo —respondo—. Pero algo es algo. Debo guardar reposo durante esta semana, pero prefiero mil veces hacerlo en mi casa.

—Debes estar muy feliz por volver al nido luego de tanto.

—Si, lo estoy.

—¿Cuál crees que será la reacción de tu familia al verte?

—Ehh, supongo que estarán felices, han pasado muchísimo tiempo sin mi.

—¿Segura? —quiere ir más allá.

—Bueno, de seguro la felicidad es algo que experimentarán al verme, pero solo los primeros minutos, luego los más grandes estarán bastante angustiados de verme.

—¿Por qué lo dices?

—Porque se preocupan mucho por mi. No llegaré como me fui, estoy consiente de mi apariencia física y de lo que viví, les debe ser difícil estar conscientes de que existe la posibilidad de que algún día no regrese.

—¿Y a ti no te es difícil esa exposición? —inquiere.

—Lo hemos hablado antes y mi postura es la misma. Todo lo hago por ellos, sin mi familia no soy nada y quedarme de brazos cruzados nunca será una opción.

—Pero te arriesgas, cada decisión que tomas pone en riego tu vida, eres consiente de eso, pero parece no importarte.

—Me importa, doc. Si se refiere a esto último... estoy bien, ya pasó y toca seguir.

—Una cosa es hacer tu trabajo el cual siempre tiene un margen de riesgo, pero revelarse en contra de la institución no era parte de tu trabajo.

—Lo sé, pero no me arrepiento y lo siento si lo que busca es eso.

—No busco tu arrepentimiento, Francesca. Busco que tú seas honesta y en el tiempo que he venido no has querido decirme por qué te enfrentaste ante el director por tu ex novio. Recordemos que él fue una parte importante en tu pasado, pero dejarlo atrás te tomó años, fueron muchas horas de terapia y...

—No quiero hablar de eso —le freno.

—Bien, recuerda que esto es como cualquier sesión, tú pones los límites y decides hasta donde avanzamos. Tu progreso es importante para mi.

—Bueno, entonces decido parar con el tema de Alec, fue suficiente por hoy.

—Tranquila, ¿podemos hablar sobre tu castigo?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 30, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Última Batalla de Roma | [Roma #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora