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Toque la puerta esperando a que fuera abierta, por mi cabeza no dejaba de pensar él porque Carlos había requerido mi presencia aquí. La puerta se abrió dejándome apreciar a mi novio.

—Hola cielo —murmuro dejando un beso en mi frente.

—Hola —salude con una sonrisa.

Me hizo pasar dentro de el apartamento, todo estaba meticulosamente colocado a la perfección.

—Espero aún no hallas cenado —habló tras de mi.

—Tienes suerte, entonces —bromee sacándole una sonrisa.

—Siéntate —entramos al comedor y jalo una silla para que pudiera sentarme.

Pronto se metió a la cocina y volvió con dos platos con salmón y verduras en el, dejo uno de los platos frente a mi y él se sentó.

—Quería hacer algo especial, ya que es nuestra última noche juntos —me sonrió mientras me explicaba.

—Me gusta que solo seamos nosotros dos —comenté llevando un trozo de tomate a mi boca.

En las antiguas citas habíamos salido a restaurantes pero siempre éramos acosados por los fotógrafos, las personas que comían ahí y incluso hasta por el propio personal.

—Quería que fuera más personal.

—Me gusta —sonreí.

Pasamos la cena entre conversaciones de todo tipo, pronto acabamos de cenar y lleve los platos al lavavajillas, empeze a lavar los platos mientras sentía unas manos apretar mi cintura.

—Te extrañare —susurro en mi oido.

—Pronto nos veremos —me estremecí al sentir su respiración rozar mi cuello.

Sentí como empezaba a besar suavemente mi cuello, me atrajo más hacia su cuerpo obligándome a ponerme rígida y que mi espalda chocara con su abdomen y pecho.

—Carlos —jadee mientras cerraba los ojos.

—Déjame tenerte, una última vez —pidió girándome, para quedar cara a cara.

Uni nuestros labios, mis manos estaban contra su pecho mientras las suyas bajaban hasta mis muslos para obligarme a enredar mis piernas en su cintura.

Nos dirigió a su habitación y me acostó sobre la cama, quitó su camisa y volvió a unir nuestros labios, sus manos encontraban el camino bajo mi camisa para acariciar mi abdomen.

Pronto me encontraba simplemente en ropa interior mientras él besaba suavemente mi abdomen y sus manos acariciaban mis senos por encima de la tela del sostén.

Mi cuerpo rápidamente respondía a su toque arqueándose ante él, sus besos bajaron hasta el interior de mi muslo, dejaba suaves besos sin apresurarse.

—¿Puedo? —interrogó mientras sus dedos acaricaban mis caderas.

—Si —murmure jadeando.

Mi respiración era pesada ante el calor sofocante que se había instalado en la habitación, bajo mis bragas dejándome expuesta ante él. Sus dedos acariciaron suavemente mis labios antes de que se parara y empezara a quitar sus pantalones y bóxer.

Quite mi sostén dejando a la vista mis senos, mi pezon estaba duro y dolía levemente, observé como pasaba su mano repetidas veces sobre su polla antes de llevar a mi coño.

—Por favor —pedí, su cabeza acariciaba con delicadeza mi clitoris hasta mi entrada y de regreso.

—Quiero hacerlo especial —murmuro antes de entrar suavemente en mi.

Sus caderas rozaron las mias en cuanto estuvo completamente dentro de mi, sus caderas se movían con fuerza entrando y saliendo dentro de mi. No era rápido pero si duro.

Mis gemidos y sus gruñidos llenaron la habitación, no me estaba follando, me estaba el amor. Cada cierto tiempo se detenía para preguntar si me dolía o quería que parara.

Sus labios besaban mi cuello con dulzura y sus manos acariciaban mi cintura y cadera con delicadeza. Me arquee sintiendo como cada vez me acercaba más a mi orgasmo.

—¿Estas bien? —interrogó mientras jadeaba.

—Estoy bien —afirmé —sigue. —pedí mientras mis uñas marcaban leves heridas en su espalda.

Sus embestidas se volvieron más rápidas y duras haciéndome gemir fuertemente. Me arquee más y mis uñas se clavaron un poco más fuerte en su espalda, pequeñas gotas de sudor caían por mi cuerpo.

Me tome un momento para observarlo, su cabello estaba pegado a su frente gracias al sudor, su cara pálida había tomado un color rojizo y tenía entre abierta la boca para dejar salir maldiciones y gemidos.

Solté un gemido alto en cuanto mis paredes se abrazaron a su polla, ahora se movía con mas fuerza y rapidez, jadee ante la sobreestimulacion.

Pronto sentí su semen llenar mis paredes, jadee ante la sensación de su semilla caliente dentro de mi. Busco mi boca una vez más y me beso con delicadeza y dulzura.

—¿Te duele algo? —interrogó por última vez.

—Tranquilo, estoy bien —le sonreí cariñosamente.

Beso mi frente y salió de mi para dejarse caer a mi lado en la cama, su brazo paso sobre mis hombros y me atrajo hacia él.

—Descansa, princesa.

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Siii gente ya sé que me van a odiar peroo la para poder seguir con el orden planeado de la historia la prota debe quedar embarazada rápido.

XOXO Steffy

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Princess; C.G.Where stories live. Discover now