Princess; C.G.

10

Camine tras el hombre con traje hasta llegar ha un establo, pronto divise ha mi novio acariciando un caballo de color café.

—Señor, la señorita Milldward —me hizo una pequeña presentacion.

—Puedes irte —Carlos movió levemente la cabeza mientras le daba una sonrisa leve.

Me acerque ha él y lo rodee con mis brazos, su brazo se cerró en mi espalda y una de sus manos fue a mi cabello dejando pequeñas caricias.

—Mi bella Lotty  —murmuro dejando un beso en mi frente.

—Te extrañe —apoye mi mentón en su pecho para poder observarlo.

—Ahora podremos pasar todo el día juntos —dejó un leve beso en mi nariz.

—¿Iremos ha montar? —murmure, llevando mi mirada hacia unas personas que sacaban ha dos caballos.

—Ven —tomo mi mano y me llevo hacia un caballo de color blanco —, es Ciria, no debes temer de ella, es amistosa.

Lleve mi mano hacia su nariz dejando que me oliera, al haber aceptado mi olor me dejó acariciarla, era grande, de color blanco nieve y una gran "B" grabada en su pecho.

Carlos me ayudo a subir al caballo y él subió ha otro, uno de color negro con una intimidante mirada, salimos del establo y nos dejaron libres al llegar ha un gran lugar lleno de pasto.

—Sígueme —Carlos me sonrió en cuanto paso ha mi lado.

Su caballo empezó ha galopar y yo lo seguí, trataba de que el caballo no fuera tan rápido por miedo a que algo pudiera pasarle al bebé. Pasaron unos cuantos minutos hasta llegar ha un lugar lleno de árboles y con un pequeño río pasar.

Baje del caballo y ambos nos sentamos en el pasto, Carlos estaba apoyado contra un árbol mientras yo estaba apoyada contra su pecho, su dedo dibujaba líneas imaginarias en mis caderas.

—Debo decirte algo —susurre sin poder mirarlo.

—¿Es algo malo? —sus caricias en mis caderas pararon.

—Depende de como lo tomes —suspire y me gire hacia él —, estoy embarazada.

Abrió levemente la boca y su rostro tomó un color pálido, mordí mi labio esperando alguna respuesta de su parte.

—No podemos tenerlo —eso quebró mi corazón.

—¿Qué? —una respuesta crédula escapó de mi.

—Ni siquiera estamos comprometidos, no podemos —siguió negando.

—Pero es nuestro hijo —mi voz sonó decepcionada.

—Te daré el dinero para que lo abortes —ignoro mis palabras.

—No haré tal cosa.

Me levante de mi lugar en cuanto el intento tomar mi brazo, mi corazón se había quebrado al escuchar que quería que abortara a mi bebé.

—¿Soy yo o ese bastardo? —me miró enojado desde su lugar.

—Mi bebé —lleve mi mano ha mi abdomen.

Empeze a caminar lejos de él mientras sentía las lágrimas empapar mis mejillas, no me importaba todo lo que tuviera que recorrer quería estar lejos de él.

Un pequeño sollozo escapó de mis labios al repetir sus palabras en mi cabeza, esa no era la persona de la que yo me había enamorado.