Princess; C.G.

11

—Es un idiota —soltó la de cabellos cortos.

—No puedo creer que quiere que lo abortes —Sarah mencionó dese su lugar.

Yo me limité ha quedarme callada, mi cabeza descansaba sobre el regazo de Diana mientras ella dejaba leves caricias en mi cabello, al llegar lo primero que había hecho había sido tirarme sobre sus brazos ha llorar.

—Lo llamo bastardo —murmure con la voz rota.

—Por algo la mayoría de mujeres lo aleja.

Soltó la de cabellos rulosos, una mueca de sorpresa se instaló en su rostro al notar lo que había dicho.

—¿De que hablas? —la mire confundida.

—Hace unos días se le vio muy feliz con una mujer en un restaurante —explicó suavemente la menor de los Spencer.

—No, no, no —trató de calmarme Sarah en cuanto mis ojos volvieron ha llenarse de lágrimas.

—Maldito —susurre mientras escondía mi cara entre mis manos.

Al estar en la sala pronto unos toques en la puerta principal se hicieron presentes, tras la puerta cristalina pude apreciar una silueta masculina y un brillo de esperanza creció en mi al pensar en Carlos.

—Iré a abrir —Sarah camino hacia la puerta.

Al volver, todas mis ilusiones se desvanecieron al ver a James con una caja de chocolates entre sus manos, una mueca de preocupación creció en su rostro al verme sollozando sobre las piernas de Diana.

—Hey —me saludo.

—Hola —traté de darle una sonrisa.

—¿Todo bien? —miró a Diana por unos instantes.

—Nada que deba preocuparte —le sonrió.

Se sentó en uno de los sofás individuales y extendió la caja de chocolates hacia Diana, quien los recibió gustosa.

—Dicen que los chocolates hacen feliz a las mujeres —solté un pequeña risa ante lo que dijo.

—No debiste preocuparte, pero gracias —Di le agradeció abriendo la caja.

Me senté y arreglé un poco mi cabello, James mantenía su mirada fija en mi, una pequeña sonrisa se había instalado en sus labios, Diana me extendió un chocolate y lo lleve ha mi boca.

—Tienes buen gusto en chocolates —halague al chico de cabellos negros.

—No es lo único en lo que tengo buen gusto —murmuro observándome de pies a cabeza.

Note eso y mire el chocolate entre mis manos un poco sonrojada.