Lecciones de una nerd [LDUN #1]

1. De Jesse y otras obsesiones

Como todos los días, desde que tengo el agrado de conocer a April, me preparé mentalmente para escuchar otra cosa halagadora que ella tiene para decir de nuestro compañero de curso.

—¿Sabes lo que más me gusta de él? —su pelo, su sonrisa, sus músculos, su forma de jugar, su manera de hablar. Puedo seguir todo el día—. Ese piercing que tiene en su labio, lo hace ver como un chico malo. Nunca imaginé que existiera alguien tan hermoso como él.

Ella con mucha gracia, mueve su cabello rojo hacia un lado para descansar su cabeza contra su mano empuñada. Se acomoda para observar desde nuestra distancia la espalda de Jesse, su eterno enamorado.

Hasta se pueden ver corazones brotando por todos lados.

Siempre me ha causado curiosidad la razón de porqué cada vez que ella lo tiene cerca se poner así, porque en momentos como este siempre actuaba como si nadie más existiera a su alrededor. Ella suspira al mismo tiempo que con su lápiz golpea su cuadernos, como si fuera la mismísima Britney Spears en el video Baby One More Time.

Es desagradable.

—¿No crees que es lindo?

Luego de un rato de silencio ella se giro en mi dirección para buscar la respuesta a su pregunta. Deja caer su mirada penetrante en mi.

—¿Ah?

—Jesse —dice con obviedad—. ¿Crees que es lindo?

¿A qué viene su pregunta? ¿Tan de repente?

—Eh... no.

La forma que escaneó mi rostro me produce cierta incomodidad, porque no sé si me está analizando para saber si lo que digo es cierto o es simple curiosidad.

—¿Lo dices en serio?

«Obviamente si». Siempre es lo mismo con ella, intenta que le diga que Jesse está guapo —por alguna extraña razón— y hace que tenga que ser cautelosa con lo que digo porque cuando ella se pone así de celosa siempre malinterpreta todo.

—Sí —imito su postura—. Digo él está... bien... supongo.

—¿Bien? ¿Solo eso? ¿Solo bien? —se endereza como gato erizado listo para atacar apenas me escuchó—. ¡Estás loquísima!

¿Qué quiere de mí esta mujer?

April y yo llevábamos un par de años de conocernos y volvernos amigas, sin embargo, los años no me han ayudado a descifrar estos cuestionamientos ni enojos repentinos.

—Tanto tiempo y aun no sabes apreciar su belleza.

Se echa hacia atrás en su asiento con otro suspiro estruendoso. Como una mamá que no sabe qué hacer con su hija desobediente, me observa y niega repetidas veces con su cabeza. Para hacer más claro su punto, chasquea su lengua en reprobación.

—Deberías educarte en el tema de los chicos lindos —me apunta con su dedo y luego a mi libro sobre la mesa—. Tan solo si dejaras de una vez esos libros que llevas para todos lados.

Inmediatamente una sonrisa, una que estaba conteniendo desde hace un buen rato ya, aparece en mi rostro, porque de algún modo siempre logra sacar el tema de mis libros para sacarlos en cara.

Como dije, April siempre ha sido una chica muy celosa e incluso cuando mi tiempo con ella lo usaba leyendo, se molestaba porque no le estaba prestando atención. A veces tenía razón, pero otras, simplemente se volvía demandante.

Quizás pienso en muchas cosas negativas cuando se trata de ella, pero la verdad es todo lo contrario, su amistad la he apreciado desde el primer momento que nos conocimos, porque ella fue la primera persona que conocí cuando entré al curso en segundo año, justo en la fila de espera durante la entrega de información.