Lecciones de una nerd [LDUN #1]

19. ¿Por qué te pones nerviosa?

Levanto mi vista de lo que estoy escribiendo en mi cuaderno porque la persona que está junto a mi no deja de moverse. Lo primero que veo son dedos manchados de negro, de tinta para ser específica, moviéndose inquietos sobre una hoja, me quedo mirando su perfil.

Sabía que sentarme junto a Jake me traería problemas. El aroma de su perfume me inunda lentamente cada vez que respiro, estamos tan cerca.

Está dibujando en su cuaderno de algebra, tan sumido en eso que no está prestando atención a nadie a su alrededor. Su ceño está fruncido y tiene la punta de su lengua apoyada sobre su labio inferior.

Esta es una de las pocas clases que compartimos y nunca pensé que llegaría el día que ambos estaríamos sentados uno junto al otro y ahora estamos aquí, los dos solos, bueno antes de que Thomas llegará a la escuela, porque ahora está sentado detrás de mí escuchando lo que el profesor está dictando. Ojeo a mi vecino junto a mi, al menos alguien si presta atención a la clase.

—Para estar dibujando, estás bastante inquieto —murmuro.

Aunque me esté quejando no dejo de mirarlo, sus gestos se me hacen demasiado llamativos como para quitar mi vista de ellos. También frunce su nariz y por alguna razón me parece la cosa más tierna del mundo.

Pero para variar, él me ignora. Suelto un suspiro resignado.

—¿Qué tanto suspiras Summer?

Me giro a ver a Thomas, estoy notablemente exaltada por haber sido pillada "con las manos en la masa", aunque en este caso me pillaron suspirando como tonta.

Espera... ¡no me han pillado en nada!

Mis mejillas se ruborizan lentamente.

—P-por nada Thomas, ¿por qué dices eso?

¿Por qué tartamudeas? ¡Recomponte!

Aquello atrajo la mirada divertida de Thomas y por el rabillo del ojo pude ver que también llamó la atención de Jake, ambos sonriendo. Por alguna razón siento que me acorralaron y eso no hace más que aumentar mis nervios.

—¿Cómo que nada? —suelta una risita y con su dedo índice pincha mi mejilla—. ¡Si te sonrojaste!

Eleva tanto la voz que me escondo entre mi cabello, la experiencia me ha dicho que siempre que uno de ellos grita o habla fuerte yo me meto en problemas.

Además el profe de álgebra me da miedo.

—Estás imaginando cosas, no me pasa nada.

Miro de reojo a Jake, por alguna razón desde hace días estoy muy consciente de él, sobre todo cuando está a mi alrededor.

Thomas se estira a través de su mesa, apoyando su rostro en mi silla y un poco sobre mi hombro. Puedo sentir los rulos de su cabello en la nuca, me hace cosquillas.

—Yo te vi, estabas suspirando al ver a Jake dibujar.

«Entonces para qué rayos preguntas niño»

Por el rabillo del ojo veo la sonrisa de soslayo de Jake. No sé por qué lo encuentran gracioso, yo no hago eso... además lo hace sonar como si yo baboseara por él, ¡yo no hago eso!

—Estás inventando... yo no hago eso.

A pesar de mis palabras el sonrojo de mis mejillas me estaba contradiciendo y eso no es de mucha ayuda cuando tanto Thomas y Jake me observan como si no me creyeran nada de lo que digo.

—Entonces, ¿por qué te pones nerviosa?

Jake se une a la conversación acercando su mano a la mía, los mismos dedos manchados de tinta acarician suavemente los míos. ¿Qué está pasando? ¿Qué quiere de mí este hombre?