Lecciones de una nerd [LDUN #1]

25. No se trata de ellos

—Summer... tu... móvil está... sonando.

Abro los ojos y lo primero que noto son las pestañas de Jared, eso es suficiente para hacerme despertar. Me separo de golpe, chocando con el techo de la camioneta de paso.

Mierda, mierda, mierda.

—Uh, cuidado, ¿estás bien?

Qué vergüenza...

—Mierda, si, eh, estoy bien —me alejo completamente, saliendo de la camioneta hasta la acera—. Espera...

Diablos, por qué hice eso.

Quito mi cabello del rostro, intentando torpemente desbloquear mi teléfono con mis manos temblorosas, no quiero mirar a Jared. Dios, qué hice, qué fue eso, qué me está pasando.

«Un beso tonta, ¡Un beso con Jared!» ¡Sí lo sé!

Maldición, por qué lo respondí.

Jake el perro.

¡Lo logré! Al fin tengo tu regalo perfecto, te lo daré pero debemos ir por él mañana. ¿Nos vemos en el centro comercial?

¿Y ahora por qué esto?

—Hale, ¿estás bien?

La mano de Jared toca mi hombro y mi primer instinto es alejarlo de un manotazo, lo cual agradezco no haber hecho porque lo raro sería haberle comido la cara y luego golpearlo como si nada. Pero eso no me impide alejarme completamente.

—Estás pálida.

«Somos así Sherlock, ¡Dios Summer! Al menos besa a alguien inteligente»

—Jared tengo que marcharme, nuevamente gracias por el... paseo, si gracias por traerme.

Él sonríe y ni sé porqué pero me genera buena sensación, al menos no lo que esperaría luego de que me besara... o que yo lo besara, o no sé, lo que haya sido eso.

—No te preocupes, entonces, ¿nos vemos mañana?

No.

Abro la boca, pero ningún sonido sale de ahí, como si Jared se hubiera llevado todas mis palabras en ese beso. Soy una tonta.

Veo que él se relame los labios, esperando por mi respuesta, pero como que sigo un poco atontada por lo que pasó y en particular por el beso. Quizás no debería sentirme tan en pánico y debería sentir un poco más de mariposas en el estomago o algo así, cualquier cosa que no sea este sentimiento de desorientación.

¿No se supone que en los besos uno debe sentir algo? ¿Por qué no siento nada más que culpa?

Mi celular vibra otra vez, indicando que este mensaje es algo más insistente.

—¿Summer?

Jake el perro.

¿Estás ahí? ¿Qué dices? Vamos, te agradará el regalo, creo que es perfecto para ti, (porque claro yo lo escogí)

Ah... de ahí viene la culpa.

«Oh mi pequeña saltamontes debe elegir, con quien ir: El chico que se quiere aprovechar de nosotras o el chico del que nos queremos aprovechar»

Realmente no quiero pensar en nada de eso en los próximos... mil años.

—¿Summer estás bien?

Jared me agita el brazo haciendo que me vuelva a enfocar en él, ya no hay rastro de la sonrisa que trae en el rostro. Él mira desde mi teléfono en mi mano y luego mi rostro, por alguna razón siento que sabe que Jake es quién me escribe. Sostengo el móvil más cerca de mi cuerpo.