Historia basada en la serie 911.
Todos los personajes pertenecen a la serie a excepción del personaje principal y otros personajes nuevos que irán apareciendo a lo largo de la historia.
Es un fan fic que seguirá el orden cronológico de la serie.
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Dicen que los socorristas nacen dos veces en la vida. la primera es cuando vienen al mundo, la segunda es cuando toman la decisión de vivir sus vidas corriendo hacia el peligro. Asegurarse de hacer todo lo posible para que llegues a casa a salvo con la gente que amas, mi nombre es Jacklyn Dunkan y esta es mi historia.
Varios años atrás.
Mudarse a una nueva ciudad siempre es difícil, aunque cuando tienes siete años el proceso no es tan complicado, después de todo. Con el pasar de los años comienzas a olvidar a las personas que conociste durante esa época de tu vida. una nueva ciudad, nuevo colegio, nuevas personas a mi alrededor se estaban volviendo poco a poco parte importante de mi vida. Había pasado del frio de Seattle al sofocante calor de Palo Santo en el condado de Texas. Un cambio rotundo, pero que seria el inicio de toda mi vida y de las cosas que me convirtieron en lo que soy ahora.
— ¿Nerviosa?
— Para nada, estoy acostumbrada a los cambios mamá. Además, ya llevamos diez años en Texas ¿Qué me va a pasar? ¿Qué me atropelle un maldito toro?
— Lenguaje...
— Lo siento papá. Ya me voy, primer día de escuela después de las vacaciones. Que divertido.
— No seas quejumbrosa y ve afuera, Edmundo ya paso por ti.
Edmundo era mi buen y adorable vecino. Nos hicimos amigos hace un par de años y nos dimos cuenta de que vivíamos en la misma calle. Desde ese entonces pasábamos gran parte del tiempo juntos haciendo todo, trabajos e incluso nuestras fiestas de cumpleaños. Aunque ni siquiera estábamos en el mismo día, ni mucho menos en el mismo mes, pero disfrutábamos de pasar el tiempo juntos de esa manera y hacer cualquier cosa para matar el tiempo. Nos escapábamos al bosque casi todos los fines de semana para hacer excursiones que terminaban con uno de los dos colgados de un árbol y con algún hueso roto, el paso el verano con un par de dedos quebrados gracias a la brillante idea de intentar escalar un risco. No había sido el mejor de los planes, pero aun así seguíamos con nuestras aventuras.
— Dijiste que querías entrar al equipo de porristas...
— ¿Qué? Cuando dije eso... jamás seré una de ellas. Además, soy lo menos femenino que existe, me conformo con ser la mascota del equipo.
— No serás femenina, pero así me gustas...
Y ese fue el inicio de todo. El comienzo de mi primer amor, ese que me terminaría rompiendo el corazón en mil pedazos y destruiría gran parte de mis sueños y expectativas. Eddie y yo comenzamos a salir al inicio del primer año de preparatoria, mi primer novio y primer amor, ese que te hace ver el lado bonito de la vida, pero al mismo tiempo comienza a marcar tus inseguridades y temores. El que te alienta a hacer las cosas que amas y te desmotiva de forma indirecta. Eddie era todo lo que estaba bien en mi mundo, lo amaba y el a mí, aunque claro mi padre no estaba muy contento con la idea de que su pequeña hija ya estuviera saliendo con alguien. Era un poco sobreprotector con todo en realidad.
