Temporada 3: Desencadentantes

132 20 2
                                    

La disciplina es el mejor amigo del hombre, porque ella lleva a realizar los anhelos más profundos de su corazón

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La disciplina es el mejor amigo del hombre, porque ella lleva a realizar los anhelos más profundos de su corazón. Esa frase había llegado a mi mente, dicha por la Madre Teresa de Calcuta en algún momento de su vida. Esas palabras resonaban mientras me preparaba mentalmente para lo que se venía ahora. los simulacros anuales siempre me desesperaban, pero nos ayudaban a mantenernos en forma en caso de que una mega tragedia nos volviera a hacer correr. Era una forma de ayudarnos a prever lo que estaba por pasar, prepararnos mentalmente para situaciones de alto riesgo y también alertar a los ciudadanos a ser conscientes y que conocieran los distintos métodos de supervivencia, rutas de escape, maneras de sobrevivir a un incendio o a un accidente. Colaborar mano a mano con la ciudad era una de las maneras mas practicas para salvar vidas.

Hacer todo en el menor tiempo posible, pero teniendo todas las precauciones posibles, eran la forma correcta de terminar ese día, con un buen puntaje. Conducíamos por la ciudad a toda velocidad esquivando el tráfico, nuestro tiempo de respuesta debía ser mínimo si queríamos que nuestra estación tuviera un buen puntaje al finalizar el día, aunque me aterraba la idea de recibir una evaluación por parte de cierto personaje que puede ser un tanto, idiota y molesto. Con Eddie nos apresuramos para poder abrir el grifo de agua y conectar las mangueras a este, nuestra mejor fuente de agua era esa.

— Como odio los simulacros. – mencione entre suspiros

— La ciudad ordena que los hagamos cada tres años. Puedes discutir con ellos.

— La primera alarma se activo a las doce con veinte. La primera llamada llego treinta segundos después, botas abajo, mangueras afuera, doce con cuarenta y tres.

— ¿Cuánto fue? – pregunto Eddie mientras yo terminaba de ajustar las mangueras.

— Cuatro minutos arriba de nuestro promedio.

— Eso nos va a costar puntos Cap. – dijo Chim

— Alguien tendrá que explicárselo al nuevo inspector. – mencione entre suspiros.

Solo eran cuatro minutos ¿Qué tan malo podría ser? Demasiado malo. Nos restaba puntos importantes, nuestro tiempo de respuesta debía ser menor que eso. Si tardábamos más de lo previsto, las personas a las que tendríamos que salvar correrían el riesgo de no sobrevivir, era nuestra responsabilidad hacerlo más rápido. El nuevo inspector era un completo asno y si me refiero a mi querido mejor amigo que se esta tomando muy en serio su nuevo trabajo ligero. No pierdas la paciencia Jack, solo es Buck. No puede ser tan malo.

— Si es una emergencia falsa ¿Por qué no usamos una manguera falsa? – cuestione a Chim mientras avanzaba tras él. - ¿Cómo vamos Buck?

— No quieres saber.

— Te juro que quiero patear su lindo trasero.

Nuestro simulacro había terminado con una emergencia real en medio de las escaleras que pudo haber terminado peor de no ser porque reaccionamos a tiempo. Un hombre había sufrido un ataque de epilepsia provocado por las luces parpadeantes en las escaleras, fotosensiblidad. Termino cayendo al suelo llevando a muchas personas con el que terminaron rodando escaleras abajo y claro eso nos quito otro par de puntos. Mire a Buck de mala gana, sabia bien que hacia su trabajo, pero eso no quitaba el hecho de que quería patearlo tan duro hasta borrarle esa sonrisita de la cara.

My emergency.Where stories live. Discover now