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Halloween (caducado)

No hay nada tan cómodo como un largo viaje de carretera como copiloto. Horas y horas de plática intercalada con música de disco o noticias de radio. De vez en cuando algún que otro malentendido o quizás alguna pequeña discusión, pero qué se le va a hacer. Los pleitos entre hermanos son más que comunes, y más cuando están expuestos a tanto tiempo de convivencia.

El mayor de los dos jóvenes era Jake. Además del conductor. Él había convencido a su padrastro de que le diese una semana libre, tanto a él como a su hermano. Sólo una. En principio iba a ser en verano, pero Jeremiah no quiso debido a que andaba de muy mal humor. Parte de las cosechas que vendían —junto a sus horripilantes pseudo cursos de supervivencia— se encontraron en mal estado, y no pudieron vender tanto como el viejo quería. Pero con la llegada del otoño, la cosa cambió.

Tras mucho esfuerzo y una evasión impresionante de los conflictos intrafamiliares que casi le cuesta a Troy un ojo, lograron convencer al anciano de tener luz verde para salir. Sólo la última semana de octubre. La semana de Halloween, vaya.

Las intenciones de Jake eran claras; pasar esa semana con su 'casi algo' Alicia. Ella y él se conocieron del instituto, cuando los hermanos Otto estudiaron en Los Ángeles durante una corta temporada. La chica Clark y el chico Otto conectaron, a pesar de que en un principio Alicia tenía una pareja. No es que con el tercero en discordia hubiese un problema, para nada. Alicia tenía tendencia a ocultar lo que sentía, a evitar acercarse a los demás demasiado, pero tuvo que ser clara con su pareja de entonces. Se armó de valor y le confesó que sentía algo por otra persona. Y tras una larga charla, acabaron en muy buenos términos. Pero una vez Alicia iba a dar otro paso adelante y hablar ahora con Jake, él tuvo que irse al rancho de sus padres.

Por supuesto, aquello dejó mal a la muchacha, al igual que a su futuro amante. Pero mientras todo esto pasaba, quienes se comían todo el melodrama eran Nick y Troy.

Por un lado, Nick se reía de la situación. Le parecía una novela. Lo tituló "la tragicomedia de Calisto y Melibea", como el primer título que se le dio a la obra "La Celestina", última obra que leyó en clase. Su hermana se enfadaba con él, creyendo que no lo tomaba en serio (totalmente cierto).

Por otro lado, es Troy el que resopla y se burla abiertamente de su hermano. Lo llama de todo menos algo bueno, pero con humor de por medio. Ambos, de hecho, no se llevan tan mal. Hasta que acaban en peleas y gritos innecesarios. Ahí deja de ir bien.

La cuestión es que los hermanos Otto están de camino a la residencia de los Clark en Jeep, con un pequeño detalle, a Troy le comen vivo los nervios.
Es decir, Jake está nervioso de buena forma por ver a Alicia, pero Troy tendrá que ser la tercera rueda del grupo, o estar con Nick. Y es que era acompañar a su hermanito del alma (no) o quedarse en casa a merced de la locura esporádica de su padre. Mejor opción no tenía. Entonces claro, los nervios vienen por sentirse excluido, ¿no? Ja, para nada. Vienen por un recuerdo bobo que no deja de atormentarle desde hace rato. El típico pensamientos intrusivos que ataca antes de dormir.

Cuando los Otto eran niños, visitaban Los Ángeles con relativa frecuencia en fiestas, ya que tenían familia allí. Y Halloween no era una excepción. El caso es que cuando hacían el clásico truco o trato, los niños Clark iban con su grupo de amigos, siendo Nick el más tranquilo de una pandilla de matones de colegio. Troy, al divisar a Nick, sintió un pequeño flechazo. Lo típico en un niño de diez años. No supo por qué, pero algo le atraía de ese chaval vestido de Jason. El susodicho no hacía nada, sólo intentaba poner algo de paz entre los matones de vez en cuando. El conflicto derivó en que ese grupo decidió meterse con los hermanos Otto, acabando muy mal. Troy ya tenía cierto problema del control de la ira, su madre ese fin de semana había sido muy mala con él y su padre se pasó de la raya. Así que la rabia que tenía estalló en una pelea con el grupete.
Troy estaba muy decepcionado, a decir verdad. Se había pillado por un chico, que para colmo que no hizo nada por defenderlo en una pelea. Y para agravarlo, sus padres se enteraron, recargando más violencia hacia él. Pero bueno, menos mal que no se enteraron de que el pequeño Troy se había enamorado de un jovencito. Algo rescatable tenía que haber...
En síntesis, lo que tanto le angustiaba a Troy era que Nick recordara algo de lo sucedido y se incomodara. Él sabía de sobra que era ridículo, pero no paraba de darle vueltas al asunto. Se había imaginado todos los escenarios catastrofistas habidos y por haber.
En menos de lo que canta un gallo, llegaron a la casa de los huéspedes. En el jardín, frente a la puerta, estaba Alicia esperando impaciente. Una vez se detuvo el transporte y su conductor bajó seguido del copiloto, la joven se acercó de apoco, mientras que fue Jake quien apresuró el paso y la abrazó. Acomodó la cabeza entre la melena de Alicia, disfrutando de ese momento.