Tailandia, Bangkok, 2018.
Su vida ha sido una locura desde que llegó a Bangkok, hace un año no se hubiera podido imaginar que su vida daría un giro de 180 grados. Solía ser una adolescente marginada, por sus padres y la sociedad, que vivía con los constantes rechazos, y maltratos tanto físicos como emocionales de cada una de las personas a su alrededor, con unas pocas excepciones.
Creció en Phuket, Tailandia, en un ambiente caótico y violento, vivió un infierno toda su vida en ese lugar, un lugar donde las personas como ella eran abusadas, maltratadas, marginadas e humilladas por la sociedad.
Salió de ese sitio cuando tenía 20 años, con la ayuda de su mejor amiga y su padre, desde entonces ha estado trabajando en ella misma, su autoestima, su salud mental y su físico, cansada de sufrir a causa de su pasado, decidiendo no tolerar más ese tipo de trato en su vida, con la ayuda de Jisoo, su padre y el padre de Jisoo tuvo un nuevo comienzo.
Un comienzo en el cual su única preocupación era sacar las mejores notas en la universidad, bañarse y ser feliz, un comienzo en el cual no se tenía que preocupar por su aspecto, por cómo se comportaba o porque alguien intentara herirla de alguna manera.
Era genuinamente feliz, todo iba bien en su vida, tenía a su padre, a su mejor amiga y a su tío (el padre de su mejor amiga), además también se divertía con una que otra chica de vez en cuando.
Todo iba bien en su vida, todo hasta ese día donde perdió a dos de las personas más importante en su vida, a su padre Marco y a John, el padre de su mejor amiga en un terrible accidente lloró ambas muertes junto a Jisoo, les tomo meses "recuperarse" de ese hecho.
Florida, Miami, 2019.
—Rosie, no más, por favor, no más. — Decía una agitada Jennie mientras huía de su mejor amiga.
—No será como la otra vez, lo prometo. —Dijo Rosé, mientras corría tras Jennie con un nuevo trago que había preparado.
Jennie ya estaba cansada de correr por todo el lugar, huyendo de Rosé. La última vez que había confiado en la palabra de la rubia, está le prometía probar el paraíso con el primer trago que había intentado hacer, eso termino con una Jennie que durante tres días enteros no pudo abandonar el baño.
No es de extrañar porque huía de la Rubia y su "Sex On The Bed", Original, lo se; pero con lo único con lo que terminaría teniendo sexo en es con el retrete de su habitación y no le apetecía para nada pasar por eso otra vez.
—No, la última vez que trate no fue una experiencia muy agradable. —Dijo mientras se sentaba en la encimera de la cocina.
—Vamos Jennie, dale una oportunidad, por los viejos tiempos. —Rosé estaba tratando de convencerla, pero obviamente no estaba funcionando, claramente Jennie se negaba.
Jennie lo pensó bien antes de hacer una de sus jugadas. —Está bien, Rosie, por los viejos tiempos. —Dijo con un tono de voz muy adorable. La rubia la miro con sospecha, no se creía que Jennie cediera tan fácil.
Tomó el vaso que tenía Rosé en la mano y se lo llevo todo a la boca de un trago para luego escupirlo en toda la cara de la rubia y salir huyendo. Las carcajadas de Jennie llenaban el lugar.
Rosé reacciono rápidamente y tomo el envase donde quedaba el resto de la bebida, empezando a seguir a Jennie por donde había huido. — ¡Ven aquí maldita perra! —Grito mientras corría con toda su fuerza tras la coreana.
—No, por favor, no lo vuelvo a hacer Rosie, te lo prometo. —Decía una Jennie suplicando clemencia, respirando con dificultad, mientras se colocaba detrás de la mesa del jardín, del lado contrario de Rosé.
