17. Rosas

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CAPÍTULO 17: ROSAS

POV HERMIONE

En la mañana siguiente, Draco y yo nos encontramos sentados sobre la cama de mi habitación con nuestras varitas practicando movimientos de manos o brazos y hechizos simples... o al menos intentándolo, mientras leemos el libro que tenemos en medio junto a unos diccionarios de pronunciación de hechizos y de latín que Draco trajo de su habitación para que aprendiéramos la pronunciación correcta de algunas palabras y ponemos en práctica lo aprendido. Considerando que es nuestra primera vez usándolas para ambos, no es de sorprender que diez hechizos solos hayamos logrado bien o parcialmente dos. A pesar las fuertes punzadas calientes en las puntas de nuestros dedos, que representa a nuestra magia corriendo por nuestras venas y cada terminación nerviosa, ésta no encuentra la forma de salir o manifestarse correctamente, ni aunque tengamos las varitas, que nos eligieron, en nuestras manos.

−Algo en la pronunciación está mal, Draco –observo.

−¿Tú crees? No será...

−Déjame ver. Mientras invoca otro objeto, eso te salió bien recién.

−¿Qué tipo de objeto?

−Cualquier cosa que veas y que sea más liviana que pesada.

−Objeto liviano. No sé qué puede ser, casi no hay nada en las habitaciones de invitados y los adornos y hasta las pequeñas esculturas son muy pesadas.

Draco considera sus opciones escaneando la habitación en busca de algo que pueda servir.

−Ac-cio Rosam –lo escucho pronunciar esas palabras con el movimiento correcto de varita y una rosa blanca con tallo largo que los elfos dejaron para mí la primera noche, aparece en su mano libre. Él corta un poco el tallo y la deja en medio de la cama sobre uno de los libros que no estamos leyendo.

−¿Eso está bien? No es tan pesada como los otros objetos con los que intentamos. Aunque sinceramente he visto a mis padres y los elfos hacer este hechizo con objetos tan pesados como una roca, por lo que no creo que haga diferencia.

−O tal vez sí, al menos para nosotros que somos principiantes.

−Como digas. Ahora es tu turno. Veamos que se nos escapó.

Debo revisar tres libros nuevamente, incluyendo el de Hogwarts, antes de darme cuenta que hemos estado quince minutos repitiendo mal y de forma literal aquella dichosa palabra. Los movimientos y la velocidad de la varita eran los correctos, pero no tomamos en consideración otro detalle igual de importante. Echo los libros a un lado entre medio de nosotros y tomo la varita en mi mano sintiendo esa energía fluir y sé que estoy lista. Con una sonrisa apunto a la hermosa flor blanca, cuyos pétalos te tientan a querer acariciarlos con tus dedos, pero por ahora me concentro en que ese será mi objetivo, mi primera víctima inanimada de levitación.

−Levi-ó-so.

Con Draco de brazos cruzados con su varita descansando en su regazo mientras espera expectante el resultado, y yo tratando de mantenerme serena a pesar de haber fallado tanto anteriormente, me toca contener un grito de alegría cuando veo una luz blanca irregular saliendo de la punta de mi varita que llega a la rosa y la hace elevarse unos quince centímetros por encima del libro. El efecto es breve, solo un minuto o dos como mucho, porque con este hechizo no puedo mantener el control sobre el objeto, ni controlar su orientación, ni alargar su leve y corta levitación.

−Felicidades, Granger. Es tu segundo hechizo perfectamente realizado y eso que empezamos de ver el libro hace un rato. Lo haces bastante bien para ser una novata en todo. Creo que mi padrino tiene razón, vas a llegar muy lejos.

Luz Verde [Dramione]Where stories live. Discover now